viernes, noviembre 28, 2008

Para pasar penurias, mejor en casa.

Me vale una noticia leída esta mañana en los periódicos para retomar el ritmo habitual de escritura, en este Noviembre tan denso en noticias y tan parco en artículos.

Este Noviembre que empezó con el supermartes, poniendo fin a la más alocada carrera por la presidencia americana, con un afroamericano que decían, era comunista y amigo de los terroristas (de algo nos suena), contra un hombre mayor que de la mano llevaba a la supernena de los “neocon”. Que continuó con la detención del sanguinario Txeroki y que termina con la masacre que ayer asoló Bombai y regó de cadáveres sus calles y a Telemadrid de especiales sobre la superviviente Aguirre.

Entre medias, más crisis, más paro menos inflación y un EURIBOR por los suelos... Ahora sí, ¿eh, señor Dirichlet? Ahora que hay que sacar del agujero a los amiguitos, es el momento de abaratar el dinero... asco.

Pero entre todos estos hechos supranacionales, me quedo con una pequeña gran tragedia que ocurrió en La Rioja esta noche. Tres hermanos, bolivianos, yesistas, inmigrantes fallecían por culpa de las sempiterna mala combustión de una caldera. Esta noticia es la que me hace escribir hoy y recordar a toda la inmigración que ha contribuido a la mayor bonanza económica de la historia de España.

Lo dramático del hecho se resalta cuando se sabe que la muerte les llegó tras una fiesta en la que se celebraba el regreso a la patria de uno de ellos... El trabajo escasea en España y la frase de uno de ellos fue: “Para pasar penurias, mejor en casa, cerca de los tuyos”. Se acogió al programa de retorno de inmigrantes y se pensaba ir. No le dio tiempo.

A veces, oigo por parte de catastrofistas de todos los pelajes y condiciones que cuando los inmigrantes no tengan trabajo y les falte el dinero se echarán a la calle a robar y saquear. ¿Veis como no es verdad? Para pasar penurias, mejor cerca de los tuyos. ¡Qué gran verdad! Aunque ellos no hayan podido lograrlo.