martes, noviembre 23, 2010

La curiosa reflexión de Eric.

Mientras todos los europeos rescatamos el sistema financiero irlandés, en quiebra técnica desde hace casi un año, ejemplo para los agoreros que nos comparan con el país celta, es más que llamativo que la noticia curiosa económica del día la protagonice el multimillonario y ex futbolista francés Eric Cantona.

Que vaya por delante que sus declaraciones son tan vehementes como acertadas, pero es necesario que un personaje mediático se convierta en el estandarte de una nueva cruzada contra los que él que cree culpables de la crisis mundial, los bancos, para que una opinión así sea portada de los medios de comunicación.

Mientras los políticos señalan como culpables a sus rivales en los parlamentos, mientras los gobernantes repercuten los daños de la crisis sobre los ciudadanos, y mientras Europa exige esfuerzos ingentes al proletariado a modo de reducción de derechos sociales y de recortes de salarios a mansalva, los sistemas financieros, los bancos privados fuera de nuestras fronteras y las malgestionadas cajas de ahorros en territorio patrio, reciben dinero de los contribuyentes, tanto a través de los gobiernos nacionales como de fondos europeos provenientes del dinero de todos los europeos.

El ex del Manchester United ha hecho un llamamiento a través de un vídeo publicado en Internet para que los tres millones de personas que se manifestaron en Francia fechas atrás que “dejen los carteles, retiren su dinero de los bancos y los colapsen".

Al albor de las huelgas con las que los franceses nos han enseñado el camino hacia lo que debería ser la verdadera protesta de la ciudadanía contra todo este dislate, Cantona niega la utilidad de salir a la calle o manifestarse, lo que cree "ya no es el camino", y cree que lo mejor es atacar al sistema.

Algunos cibermovimientos apoyan este disparatado pensamiento, desde Facebook, o desde la plataforma Stopbanque, intentando capitanear esta operación para el día 7 del próximo mes de diciembre intuyo, sin mucho riesgo a la equivocación, que sin mucho éxito.

Todo esto es una locura, un pensamiento desde la rabia, el desconcierto y la incomprensión, pero… lo más triste es que la ciudadanía no será nunca, nunca, nunca capaz de devolver el daño que los bancos nos están infringiendo.

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martes, noviembre 16, 2010

El Aaiún una semana después.

Hace una semana que El Aaiún se convirtió en un infierno, y no sólo por lo perverso, sino por lo desconocido.

Lo que era un grupo de desfavorecidos, solicitando derechos elementales como vivienda, trabajo y libertad para el pueblo saharaui, se ha convertido en el estandarte de la necesidad de un estatus para el Sahara Occidental. La mayor reivindicación de un pueblo en busca de su libertad y sus derechos.

Así lo ha querido la pseudodemocracia marroquí. El modo autoritario y bárbaro que el Gobierno marroquí utilizó para desmantelar el campamento hizo que el resto de la población de la antigua colonia española saliese a la calle y el conflicto se extendiese por toda la ciudad, que se convirtiese en una lucha casa a casa e incluso que Marruecos comenzase a proveer de armas a sus colonos.

Ahora toca analizar, con siete días de perspectiva, la postura internacional y la española con respecto a este conflicto. Y para analizar esto, es necesario señalar lo paradójico de esta situación, en relación con el resto del panorama internacional. Si los países menos potentes son doblegados, incluso mediante la ocupación, por fuerzas salvadoras internacionales, ¿Qué extraño derecho posee el reino alauí? ¿Qué diferencia hay entre Kosovo y el Sahara? ¿Hacen falta centenares de cadáveres para percatarnos de lo absurdo e injusto de la situación?

La pena es que el Gobierno español no puede salirse un ápice del pensamiento único internacional, eso es una auténtica pena, un descrédito ideológico y una demostración flagrante de tener las manos atadas en otro tema crucial más.

Pero lo más triste es que el problema ideológico no es el más grave, el mayor de los problemas lo tiene cada uno de los ciudadanos que viven en ese territorio, que se encuentran en el incómodo limbo de la legislación internacional, oprimidos por un régimen que “descuida” los derechos humanos y que al que se le permite cuantas tropelías se le ocurran contra el pueblo saharaui.

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miércoles, noviembre 03, 2010

La salida de la crisis en el sector de la construcción.

El pasado jueves, la asociación de ex diputados y ex senadores del Congreso de los Diputados, promovió unas jornadas denominadas “El reto de la ingeniería civil ante la crisis”, vamos, un título nada ambicioso (ironía), o lo que es lo mismo, la búsqueda de la llave maestra que desatasque un sector anteriormente pujante que ahora se ahoga en su anterior éxito.

Interesantes opiniones las que se escucharon en la sala, pero tan utópicas, tan alejadas de la realidad y tan contradictorias en su fundamento que eran difíciles de casar.

Voy a referirme en concreto a las que los mandamases de las asociaciones de constructoras repitieron a modo de mantra como claves para la salida de la crisis en el mercado interior. Puedo asegurar que se resumían en las siguientes:

· Promoción de las financiaciones público privadas de las infraestructuras futuras.

· Prolongación del periodo de las concesiones y flexibilización de los peajes, de las existentes.

· Privatizaciones globales de los servicios públicos, incluso de bienes nacionales como patrimonio nacional o incluso zonas forestales para su explotación por empresas privadas.

· Aumento de los impuestos indirectos en el transporte: consolidación de la “euroviñeta” y aumento de los impuestos sobre los hidrocarburos.

· Petición casi desesperada de una reconversión global del sector, a imagen y semejanza de otros que han ido quedando obsoletos dentro del sistema productivo nacional. (véase siderurgia o carbón)

· Recorte en los gastos no productivos dentro de los Presupuestos Generales.

¿No parece un “collage” de ideas sin pies ni cabeza tomadas a voluntad tanto de manuales socialdemócratas, en menor medida (véase subida impositiva) y de lo más neoconservador del panorama ideológico mundial?

Personalmente, sólo veo un denominador común dentro de esta catarata de ideas, que convierten en inútiles foros como estos, y que los alejan de la solución del problema y es que arreglar el sector de la construcción en España no puede pasar por hacer recaer su actual crisis sobre el resto de la sociedad. Eso ética y sobre todo políticamente no es aceptable, es absolutamente inviable, ya para técnicos, mucho más para políticos.

Poner la sociedad en su conjunto a pagar mediante peajes, reducciones sociales, subasta del patrimonio público y aumento de los impuestos indirectos, la recuperación del sector de la construcción es un error mayúsculo.

El sector de la construcción entró en crisis por su propia voracidad, por su propio afán de crecimiento y su indiscriminado aumento, haciendo que las constructoras, las ingenierías, el sector público, las titulaciones y las universidades se dimensionaran de una forma tan errónea que sólo un par de años después el sistema es absolutamente incapaz de absorber todos los profesionales que se ven penando por las esquinas, con una alta experiencia profesional pero que no le son útiles al sistema por su coste o por su incapacidad de adaptación.

Y dado que el sector tuvo una crisis adiabática, la salida de la misma, debe ser exactamente igual, sin solicitar de manera pedigüeña que sea el poder público el que solucione el problema, y siendo lo suficientemente generoso para asumir pérdidas en contrapartida de las millonarias ganancias que no hace mucho eran generales.

Es curioso, a la vez que preocupante, que las salidas para que el sector se normalice en España, nazcan de un modo tan plausible del daño al resto de la sociedad enarbolando la bandera (no menos cierta) del beneficio social que las obras públicas generan (a veces). Igual habría que darle al tema una vueltita más… Propongo algo menos “ombliguista”, ¿no?

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