martes, junio 24, 2014

Trabajo, salarios y mundiales.

Los poderes económicos que nos manejan (a una inmensa mayoría) tienen como filosofía básica el tan manido neoliberalismo. Esto, que no es más que una patraña para que algunos, a veces muchos, de los desfavorecidos crean que existe algo teórico que da razón a los desmanes contra ellos mismos, se basa fundamentalmente en manejar los salarios a su antojo.

Ahora se ponen la careta de la Troika y dicen que hay que bajar los salarios a fin de aumentar las exportaciones y así salir de la crisis. Y el sistema se pone a funcionar los políticos afines lo repiten, y los medios de difusión reproducen este mensaje miles de veces. Una salida de la crisis que empuje a las clases no favorecidas a una peor. A la de la resignación.

Publican además estadísticas donde reflejan pequeñas subidas y bajadas en este ciclo en el que todos sabemos que ha pasado con nuestros sueldos y el de nuestra gente cercana.

Si a esta bajada de salarios se le añade el desmantelamiento del Estado del Bienestar (que no es otra cosa que salario social) podemos ver que estamos viviendo un ataque en toda regla en contra del mundo del trabajo.

Ni el aumento de productividad, ni ninguna gaita similar debe servir de parapeto para estas medidas. La enorme reducción de los salarios ha sido la mayor causa de la crisis económica actual, pues ha creado un problema de demanda muy notable, causa de la ralentización del crecimiento económico. Para el propio asalariado, o para el autónomo, para el ciudadano de a pie. Para las grandes empresas e inversores ya sabéis cual está siendo el resultado.

Pero el problema no se limita solo al descenso de los salarios, afecta también al deterioro de los puestos de trabajo. Esa es la segunda de las grandes mentiras, los famosos mini jobs con los que bajar porcentaje de desempleo a costa de jornadas a supuesto tiempo parcial con salarios miserables.

Pues esto es el primer mundo, en el resto, el que juega a imitarle, mucho peor. Paralelamente al glamur de la Copa del Mundo, millones de brasileños no precisamente empresarios de la construcción ni padres de futbolistas, se manifiestan por las calles por sus salarios, por ver cómo su gobierno ha dilapidado una fortuna en organizar un evento en un país en el que el gasto social demandado es brutal.

Así están las cosas, pero como veis, tanto aquí como allí, es la misma clase la que soporta el peso de las decisiones macroeconómicas. Demasiado paralelismo, demasiada coincidencia. Al menos ellos, los brasileños, protestan.

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domingo, junio 15, 2014

LA PARADOJA DE INECO Y AENA.

Vamos a unir en este post un par de temas en el candelero, por un lado la reciente abdicación de la corona de Juan Carlos I, que se toca de soslayo y por otro la reciente privatización de AENA que se anunció el viernes pasado.

No es éste el foro para juzgar si los viajes reales a países de dudosa democracia para conseguir contratos para la ingeniería española, son éticos o no. Ni siquiera me atrevería a opinar sobre cómo se pagan a posteriori contratos que ayuda a contratar Corinna, no es el objeto.

Tampoco, aunque daría para mucho, cómo la Casa Real gestiona los contactos para la consecución de contratos para algunos empresarios sí y para otros no, sin saber cuál es el criterio de intervención, ni lo cortesano que hay que ser para tamaña gestión, mientras instrumentos como el ICEX son de utilidad prácticamente nula a empresas tengan el tamaño que tengan, mucho más para las pequeñas y medianas.

Lo que quiero comentar es una paradoja que no se da en otros muchos sectores ya en la segunda década del siglo XXI. Imagínese lector, que un día se levanta por la mañana y su jefe le dice: “Va a trabajar 6 horas para nosotros, como siempre, y 2 para nuestra competencia, su salario; el mismo”. Pues esta situación que podría ser tachada de ridícula se da en el campo de la ingeniería española.

Tanto INECO como AENA, eran hasta el viernes pasado en el caso de ésta última empresas de capital público y titularidad del Ministerio de Fomento, es decir, pagadas por la totalidad de los contribuyentes, participan como cualquier otra en concursos nacionales o internacionales, y que además en muchos casos gestionan la adjudicación de subcontratos de proyectos y servicios que el Ministerio de Fomento les otorga como su prolongación. Un juego a caballo entre lo público y lo privado donde la interface a día de hoy no está muy clara.

Se da el caso por tanto que en un concurso en el que una ingeniería española se presenta para llevar a cabo la misión que se le encomiende, se encuentra compitiendo con una empresa a la que él mismo ayuda a sufragar. Y que se encuentra participando en un concurso en el que ese mismo contribuyente está pagando al cliente que adjudica a su competencia el trabajo.

Curioso, paradójico y ridículo. Pues si así les parece, ahora cierren los ojos e imagínense cuando ambas sean privatizadas. AENA ya está en camino, esfuerzo, situación de pseudomonopolio y dinero público que acabará en manos privadas, Se siguen repartiendo el país.

Las preguntas latentes se resumen en una ¿Es esto justo? ¿Pueden privatizarse sin trocear empresas con tal dominio en el mercado y tanta influencia en el Gobierno y el sector? ¿Vais a trabajar mañana un poco para los que se queden con las dos empresas?