Estorninos.

Aquello de los estorninos que Wyoming puso de moda en El Intermedio, recordándonos sus costumbres de moverse en masa, en grandes bandadas, vale también para explicar cómo se mueve el poder económico en España buscando el pelotazo fácil.

Y quiero ahora ligarlo con la subasta, o la mala-venta, o el regalo de la Sanidad Pública en la Comunidad de Madrid a qué sé yo qué postores. No voy a ponerle ni un punto ni una coma al hecho en sí, que ya juzgarán los tribunales tras la aceptación a trámite de la querella contra la cúpula de la rama sanitaria del gobierno madrileño.

Sólo quiero guiar la reflexión al modo en el que el capital privado, gobernado por unos pocos se mueve por sectores, en casi todos los casos esquilmando o rifándose lo público. Aquello que se levantó con el dinero del estado durante décadas y que por mor de los dogmas mercantilistas es pseudo obligado a ser pasados a manos privadas.

Sólo voy a recordar unos cuantos casos, todos seguidos, que se corresponden con lo que ha sido este país en los últimos 25 años. Tras la sectaria privatización de Telefónica, hubo una grandísima puja por los derechos de la telefonía UMTS, ahí fueron todos los grandes grupos, constructoras, bancos y todos sus entramados financieros. Poco más tarde en el boom de la construcción todos los estorninos giraron hacia el suelo público, hacia su conversión en pisos o autopistas. Agotada esa vía, los pequeños servicios públicos locales; servicios de limpieza municipales, gestión de residuos urbanos, gestión de transportes, contratas varias… y ahora que todo ello está bien agotado o bien copado, han puesto los ojos en la Sanidad y la Educación.

Ahora en Madrid, se rifan ocho hospitales entre grupos en los que se encuentra el mismo capital privado que se está quedando oligárquicamente con este país. Reconociendo que favorecerán el turismo sanitario, que serán austeros con el sueldo del personal sanitario y que tendrán el margen suficiente que sus socios les exigen.

Son los mismos, los mismos estorninos que se han ido moviendo por los distintos sectores todos a la vez, todos guiados por el poder político, que les enseña el próximo campo a ocupar.

De eso se trata el ultra neoliberalismo, de conseguir que lo que antes fue de todos, o de nadie, ahora claramente se sepa a quien pertenece y a quien renta. Una batalla perdida.

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La UEperación perfecta.

Hoy, aunque para muchos ha pasado desapercibido, los sindicatos se han manifestado en Madrid. Todos los sindicatos, unidos, convocados por la Central Sindical Europea por una Europa más social y democrática. Sí, esos colectivos que la derecha y parte de la izquierda nominal se empeña en depauperar, exagerando los escándalos de corrupción, publicitando comidas excesivas y negando el apoyo y el cobijo social y político, por ejemplo.

Esos entes que son un estorbo para el ultra capitalismo, que dificultan en mayor o menor medida el exterminio de los derechos de los trabajadores son, ahora mismo el blanco prioritario de la derecha española y europea. Pues esos, hoy eran la única voz de protesta ante la situación que nosotros y media Europa vive ahora mismo. Seamos sus escudos humanos.

En una muy buena entrevista que publicaba Público.es Boaventura de Sousa Santos, hablaba sobre cómo la UE está siendo en los temas sociales, económicos y de cohesión social un gran fracaso… Ingenuo error, indigno a mi entender de tal figura intelectual. La Unión Europea, desde su brutal y a veces desapercibido por la población, giro hacia la derecha de los últimos 15 años ha buscado justo lo contrario; aumentar las diferencias y acrecentar la diferencia de status entre ricos y pobres tanto entre países como dentro de cada uno de los que la forman. Sólo un análisis pormenorizado de prácticamente cualquiera de las directivas, propuestas o resoluciones de la Unión nos lo chilla.

En la manifestación de hoy sólo había 3.000 personas. El resto estábamos ayudando a la derecha europea a aniquilar a la clase trabajadora, sus empleos dignos y sus derechos laborales.

Estábamos también ayudando a Erdogan a limpiar de incómodos manifestantes la plaza Taksim, con el sospechoso silencio e impunidad de los estamentos y las voces autorizadas de Bruselas.

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No todo vale

Y hoy lo digo por las políticas de empleo.

Sería un necio si no reconociese lo preocupante que es la situación del desempleo en el país. En todas estas letras que junto, no quiero quitarle una pizca de importancia a la situación de millones de personas que ven cómo carecen de ingreso alguno, lo que les complica la vida sobre manera… Pero ese drama no puede dar patente de corso a los políticos para actuar, ni tampoco una fe ciega al ciudadano para tragar con todo lo que se le proponga.

Dentro de estas medidas de rondón, anda el laboratorio del ultraliberalismo (conocido en los libros de texto como Comunidad de Madrid) obsesionado con un tecnicismo, “las políticas activas de empleo”. Lo que quieren vendernos bajo este término es cualquier cosa que sirva para eliminar las prestaciones, que según ellos, acomodan al parado a recibir dinero quedándose en casa.

A partir de esta idea global, vale lo de ofrecer las ofertas de empleo sólo a los parados con prestación, vale lo de ofrecer un trabajo legal de “tapadillo” en condiciones infralaborales a parados en subsidio para colaborar en la culminación de obritas municipales para gloria de los alcaldes del mismo signo político. Y vale Eurovegas y todo lo que lo rodea.

Todo esto se reduce a un doble objetivo, descender las escandalosas estadísticas de parados, y aniquilar el respeto que cualquier trabajador merece.

Ésta es sólo la primera de las fases, la siguiente será el inicio de la peregrinación hacia la instauración del paraíso teutón de los mini-jobs. En el camino nos habremos cargado la indemnización de despido, la jornada de 40 horas, la intermediación de los sindicatos, el derecho a un salario decente, vamos todo lo que va en un pack llamado respeto al trabajador. No nos dejemos, no todo vale.

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