miércoles, mayo 20, 2009

En todas partes cuecen habas.

La pérfida Albión, que quizá sea la más desafortunada de las metáforas hechas en la historia, está descocada. Durante toda la semana pasada, los nombres de los parlamentarios británicos salían en la prensa con la mayor de su vergüenza, acompañados de la lista de gastos justificados a pagar por el contribuyente.

Ellos, que se vanaglorian del honor y el orgullo en contrapunto con lo que pasa en el continente han dejado a los corruptos mediterráneos a la altura del betún. ¿Y por qué? Por la razón que muchas veces he esgrimido para “justificar” atrocidades varias de la clase política. Han perdido el contacto con la realidad.

Cuando día tras día, la insaciable prensa sensacionalista sacaba listados de gastos que “pasaban” los nobles diputados ingleses.

Gastos de jardinería, gastos de peluquería, cortinas de casa, hasta trajes (pobre Camps, en el Reino Unido, nada de esto hubiera pasado)… y la realidad es que los gastos los justificaban porque todos lo hacían, porque lo veían como normal, porque entendían que lo merecían.

Por primera vez, ha dimitido el “speaker” de la Cámara de los Comunes equivalente al Presidente del Congreso de aquí de España, el Reino Unido está en estado de shock y la culpa la tiene el sistema político occidental que se basa en dietas, en sobresueldos por asistencia a comisiones, por sueldos que de otro modo los políticos nunca podrían soñar….

Micheael Martin no tenía ninguna de estas “facturas de la vergüenza” pero ha dimitido porque es consciente que no ha gestionado la crisis correctamente, un acto de responsabilidad suprema, ya que además mientras que asumía su responsabilidad veintitrés diputados firmaban una moción de censura contra su persona, órdago que representa toda una humillación para el speaker, una figura siempre consensuada entre los principales partidos y, hasta ahora, casi intocable.

La banca, en particular y el mundo financiero en general, no sabemos cómo quedará tras esta crisis que apesta a cambio de sistema, ¿será el político el próximo en caer por estas pequeñas cositas?