Me sorprende ver a nuestro Gobierno alineado con los acreedores en vez de con los deudores. Si no fuese por la cercanía de las mil elecciones de este año y por el miedo a que la “fórmula diferente” de Syriza funcione, me parecería una mezcla de locura y temeridad.
Salía esta mañana de Guindos haciendo unas declaraciones de párvulo diciendo textualmente: “España no está molesta" por un posible trato de favor a Atenas pero que hay que respetar las reglas porque las reglas son para todos”. Si sacamos estas declaraciones de este texto y os propongo que digáis de quién son, apuesto a que diríais del ministro de finanzas de Alemania, o al menos de alguien que no deba a Europa 100.000 millones de un rescate a la banca de su país.
Cualquier defensor del Gobierno o temeroso del cambio te espeta que esos 23.000 millones que prestamos entre todos a Grecia quiere que se devuelvan. ¿Y qué dicen al respecto de los 25.000 de Bankia? ¿O de los 25.000 que el estado ya nunca recuperará de las cajas rescatadas y “regaladas” a otras entidades? (Al hilo de esto recomiendo este link al artículo de Emilio de la Peña en la web de la SER) Como veis hay dinero que se puede regalar y dinero que no.
Me parece una deslealtad con tu pueblo anteponer que le vaya mal a Grecia a poder conseguir una modificación de los mecanismos de la devolución de una deuda propia, sólo por miedo a que alguien que empieza por P y acaba por odemos pueda apuntarse el tanto de Syriza.
No se dan cuenta que ya el ser capaces de sugerir y apostar por un cambio de los planteamientos ya es una victoria. Y de que el mundo sepa quién es Varoufakis, otra.
