Me radicalizo.

Esta debe ser la semana de los post especiales, raros… Hoy tengo que escribir sobre un sentimiento, que desconozco la razón, pero cada día que pasa, imbuidos en esta crisis capitalista donde la solución todo el mundo la busca en el propio capitalismo, donde veo a la izquierda perdiendo la fe, entregándose sin luchar, sin buscar su propia solución y con una derecha cada vez más crecida que cree capaz de poder con todo y arrasar con todos, me enerva, tanto que creo que me radicalizo por momentos.

Como cada día somos menos, los que queremos luchar, tenemos que ser más aguerridos y empezar a batallar para no dejar que se lleven el partido tan fácil.

El otro día en una cena, no me quedaba otra que recordar que el camino de la izquierda no es la utopía y los vanos discursos, sino la política realizable. Es muy posible encontrar la salida desde nuestro lado y hay que hacerlo, si no, arrasarán con todo, ahora que se sienten idolatrados por una sociedad perdida.

Y no sólo se sienten triunfadores con la política económica, sino que ya hablan abiertamente de abolir la nueva ley del aborto, desean volver a demonizar el nacionalismo, sin que les importe si es violento o no, primero disparando y luego preguntando (políticamente me refiero) por eso hay que ser fuerte y encontrar un William Wallace, ideológico y político que nos guíe hacia, al menos, la batalla.

No dejemos que demócratas convencidos de Eusko Alkartasuna, no puedan presentarse a las elecciones porque el Gobierno le tenga miedo al enésimo escándalo, no dejemos que una pseudo número dos del PP pueda cuestionar públicamente y sin escrúpulos, a una gran profesional como Ana Pastor y a todos los trabajadores de la “nueva y exitosa televisión pública”, no dejemos que llamen paniaguados a los parados y subvencionados, mientras empresarios de la misma correa se llevan dinero del contribuyente…

Llamadme tremendista, pero hay que defender la izquierda, la identidad propia y la cultura de cada pueblo, sea cual sea… No nos vale la resignación y el pensamiento único, no me vale.

“El meu país és tan petit

que des de dalt d'un campanar

sempre es pot veure el campanar veí”.

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Capacidad de reivindicación.

El post de hoy es breve, muy breve y quiero exponerlo a partir de una pequeña reseña histórica que desconocía y que esta mañana oí en la radio.

Quizá queda un poco nostálgico y creo que debería servirnos para ver cómo han cambiado los tiempos, o mejor como hemos ido cambiando… no nosotros sino la sociedad.

Al hilo de la boda del heredero del imperio británico, recordaban que los reyes de España no fueron a la boda de Carlos y Lady Di, allá por el 1981, en protesta porque la luna de miel de los futuros príncipes de Gales tenía una escala en Gibraltar. Os garantizo que me ha sorprendido muchísimo.

¿No os parece impensable ahora que una familia real no vaya a una boda por la devolución de una colonia? ¿Creéis que algo ha cambiado en el status de Gibraltar para que ahora vaya toda la “borbonía” a la boda? ¿Por qué antes valía protestar y ahora no?

Así que, si lo más granado de la nobleza ha perdido las ganas de perderse fiestones por “su pueblo” qué no haremos nosotros ante una huelga general, si en ello va parte del propio sueldo. Todo tiene bastante sentido.

Igual en estas comparaciones y en estos gestos que son impensables ahora mismo, es donde está muriendo la lucha, por cualquier causa, sea justa o sea un empecinamiento territorial.

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Nunca fui catastrofista.

Nunca fui, nunca lo he sido y espero no serlo nunca, pero me preocupa empezar a pensar que la sociedad occidental empieza a merecerse que sus propios deseos les manden a su tumba…

Pero cuando el mundo occidental empieza a ver la solución en la ultraderecha tanto económica y política empiezo a pensar que sólo hay dos caminos… la hecatombe o la revolución.

Los “míticos mercados” que llevan tutelando y dirigiendo la crisis desde hace tres años, impidiendo que el deseo de reconstrucción del sistema financiero mundial que todo el mundo ansiaba se convierta en una realidad, han decidido pegarle un toque al mismísimo Tio Sam, y ¿es casualidad? No, no lo es. Que el país norteamericano tenga su dirigente más a la izquierda de su historia (que tampoco es mucho decir) no pasa desapercibido y a pesar de disminuir la deuda bruta del país en un 20% en dos años y medio, poco les parece.

Mientras dentro del partido republicano el Tea Party va tomando posiciones, donde sus próceres se retratan en la red con fotomontajes como ésa que todos habéis visto en la que sale Obama retratado como un bebe-mono.

Y Europa que debería ser el contrapunto de este absurdo movimiento, se deja llevar por los partidos de extrema derecha, en Francia, en Finlandia, en Alemania, en Holanda... Altamente preocupante, sobre todo, porque si los votantes, esperan que el final de la crisis radique en el fin de la inmigración, en el cierre de fronteras a los ilegales tunecinos o libios, o simplemente en aumentar la presión sobre la clase trabajadora, ese voto volverá sobre ellos como un boomerang.

Me decía alguien muy cercano ayer que la crisis vuelve… Querida, la crisis no se va a ir, mientras la sociedad, el votante, el ciudadano, no deje de ansiar ínfulas Baratarias y no se dé cuenta de que éstas están sólo al alcance de la clase dominante y me invade la impotencia de no ser capaz de transmitírselo al resto de mis congéneres. Porque la crisis, compañeros, la estamos retroalimentando.

Mirando lo cercano, lo peor, es que los partidos de derecha en el gobierno, o que lo ansían, en vez de mirar hacia el “anhelado centro” tanto económico como político, buscan en la extrema derecha su caladero de votos, porque piensan, no sin razón, que nuestra sociedad en momentos complicados se refugia en el populismo, en el engaño y en agrandar la diferencia entre clases, sin saber a cual pertenece cada cual.

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Alguien sigue dando lecciones.

Que conste que comienzo diciendo que una lección también es poner entre rejas a cuatro terroristas etarras en cinco días, dos en Francia, los culpables del tiroteo y otros dos que custodiaban un arsenal terrorista en Guipúzcoa, lección del estado de derecho que otra vez, una panda de necios torticeramente dirigidos que acompañaban a víctimas de verdad, se empeñaban en negar el sábado en Madrid.

Una vez aclarado esto, he de decirle a nuestro sistema democrático que el tiempo y su crédito se termina y que está a punto de cometer un error mayúsculo de cara a demostrarle al pueblo vasco que quien quiera subirse al carro del sistema democrático no debe ser penalizado.

Los promotores de Sortu han aparecido en público, tras todos estos acontecimientos, para reiterar su "rechazo inequívoco y ético al uso de todo tipo de violencia, incluyendo la de ETA y cualquier otra realizada con motivos políticos". "En este caso concreto, aunque no tengamos una versión fidedigna y veraz sobre la secuencia de los hechos ocurridos, no dudamos en rechazar el tiroteo producido en Francia", dice su comunicado de forma textual.

Además, en el mismo comunicado hace un claro "emplazamiento" a ETA para que adopte "las medidas necesarias" para que hechos de estas características y "cualquier otro de naturaleza violenta no vuelvan a producirse en el futuro". Ellos saben que su supervivencia como partido, y que el germen de una izquierda abertzale pacífica y “ERCizada” pasa por estas palabras de condena que son claras, concisas y reúnen todos los requisitos que el sistema les solicita.

Sortu ha manifestado que "es necesario que no haya más victimas en este conflicto que dura ya tanto tiempo, que no haya más violencia, que todas las personas tengamos derecho a una vida en libertad y sin violación de nuestros derechos humanos, civiles y políticos". Decidme, por favor, si alguno de nosotros no suscribiríamos estas frases desde la primera a la última letra.

Numerosas democracias en todo el mundo han ido demostrando que cualquier ideología es válida y tiene cabida en el momento en el que respeta las reglas del juego. Espero que España no sea un ejemplo de todo lo contrario. Estamos viviendo momentos claves, trenes que debemos coger siempre y cuando el miedo no nos lo impida. Es un paso histórico, la izquierda abertzale ya lo está dando, démoslo el resto.

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Abiyán no existe.

Parece ser que hay un país en el África Negra. Parece ser que un poco al norte del golfo de Guinea, y parece ser que seis meses después de unas elecciones democráticas, (o como fuesen), algo anda pasando.

Parece ser que hasta los trabajadores humanitarios deben quedarse encerrados en sus casas por motivos de seguridad, y parece ser que desde que Alassane Ouattara perdiese esas elecciones y se negó a entregar el poder, más de un millón de desplazados internos, centenas de miles de refugiados y centenas de muertos diezman Costa de Marfil.

Pero, parece ser que este país no se llama Libia, ni tiene petróleo o gas, pero que es el primer exportador de cacao del mundo, y que, hasta la subida del precio de esta materia prima, producto del caos que se vive en el país africano, le viene bien a los “míticos mercados”.

Parece ser también que este país fue colonia francesa, sí, el país ése que preside Sarkozy, el que se puso al frente de la intervención contra Gadafi.

Y digo parece ser, porque no estoy nada seguro de nada, apenas un puñado de segundos en televisión, unas páginas ridículas en los periódicos y menciones marginales en las radios, no me dejan enterarme de todo lo que está pasando. Ni la ONU, ni la OTAN, ni Francia, ni España se interesan por implantar la “tan vital” democracia en un país subsahariano.

Parece ser que no me entero por qué. Igual es por la hipocresía de la comunidad internacional, sea eso lo que sea.

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