Quería hacer, a petición propia y refrendado por los comentarios de amigos del blog como Open Fields, otro análisis diferente al que todos los medios de comunicación y la misma clase política ha hecho a diestro y siniestro a lo largo de estos dos largos días desde la finalización de los comicios.
Marbella, Catral, Ciempozuelos, Alhaurín el Grande, Andratx... el Partido Popular se ha impuesto en la mayoría de los municipios donde se han producido los principales escándalos urbanísticos de los últimos tiempos. Esto se une a Coslada, municipio en el que la Junta electoral central hace no más de un par de horas ha “regalado” de una forma no excesivamente clara la posibilidad de gobernar al PP, junto con uno de los últimos caciques que quedan en la Comunidad de Madrid, como es el ínclito Huélamo, cuya actitud conozco de primera mano.
Analizamos en principio Andratx, donde aunque el gobierno no está asegurado para el PP, es llamativa esta renovada victoria. El ex alcalde de la localidad, el 'popular' Eugenio Hidalgo, se vio obligado a dimitir tras ser acusado de corrupción.
En un municipio de antiguo gobierno socialista, como Ciempozuelos, tras el escándalo urbanístico que afectó al ex alcalde de la localidad, el socialista Pedro Torrejón, en libertad bajo fianza, la reacción ha sido antagónica. El PP, encabezado por María Ángeles Herrera, ha subido de cuatro a seis ediles. El PSOE se ha quedado en cuatro. Igual reacción social que lo acontecido en el pueblo toledano de Méntrida, cuyo alcalde saliente, el socialista Antonio Garrido Guerra, convocó a última hora del viernes un pleno urgente para recalificar terrenos rústicos. Un vuelco electoral ha dado ahora el gobierno al PP.
No digamos Marbella, donde el eterno gobierno del GIL se ha visto relevado por una mayoría absoluta del PP. Los mismos que votaban al corrupto Julian Muñoz se han decantado por el partido de la gaviota. Muy cerca, en Alhaurín el Grande, el alcalde del PP, Juan Martín Serón, que fue detenido el 18 de enero por presuntos delitos de prevaricación y cohecho, revalidó su mayoría absoluta al conseguir 12 de los 21 ediles de la corporación, frente a los once que consiguió en 2003.
Moraleja, rápida y concisa. Sea de donde sea, de donde provenga la corrupción el reajuste de los votos otorga el voto a la derecha. De aquí dos posibles conclusiones con las que finalizo la reflexión a las que cada uno puede sumarse libremente:
1.- La sociedad asume que un gobierno gestionado por la derecha reconduce mejor un municipio ampliamente corrupto.
2.- La izquierda no perdona que sus políticos se vean salpicados por la corrupción sea verídica o presuntamente. La derecha sí. Lo asume, lo comprende y lo refrenda.