lunes, enero 27, 2014

Un día para no perder la esperanza.

Ni más ni menos que eso. Que no es poco ni mucho. Pero la retirada definitiva del regalo de hospitales públicos a empresas privadas que proponía la Comunidad de Madrid, es un ejemplo de lo que, a veces, pocas veces, la ciudadanía puede conseguir si se lo propone.

No quiero sonar triunfalista, no es para tirar cohetes, porque sólo es una batalla en una guerra que está casi imposible, pero al menos demuestra que recibir el apoyo en las urnas no es un cheque en blanco de cuatro años de validez. Las barbaridades, a veces, pocas veces, no se permiten.

El post de hoy es corto. No hay que regocijarse en la victoria. Pero no lo quiero terminar sin agradecer y felicitar a todos los que habéis salido a la calle a manifestaros contra esta tropelía, a pacientes, enfermeros, médicos, a todos, sin vuestro ruido mediático, sin vuestras huelgas que fueron criminalizadas hasta el extremo, nada de esto hubiera sido posible. Quiero, deseo que seáis nuestro ejemplo ahora que sois nuestros héroes. Hay mucho más por lo que pelear.

Incluso quiero felicitar a la justicia, por hacerme ir a la cama hoy creyendo en Montesquieu.

Gracias, y felicidades, MAREA BLANCA.

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domingo, enero 26, 2014

A los que apuestan por la unidad de la izquierda.

Corría el lejano 2004, aun los perros se ataban con longanizas, y en Grecia un grupo de partidos de la izquierda tenían unos resultados cuasi marginales elección tras elección. Ahora, en nuestro país, y después de los resultados que Syriza consiguió en las elecciones de 2012 donde pasaron a ser el principal partido de la oposición a la “gran coalición” Griega, es el espejo en el que muchos quieren, queremos mirarnos.

La izquierda, de por sí, por su capacidad de debate, por su inconformismo y por lo heterogéneo de su propia filosofía tiende de un modo intrínseco a la desunión y a la atomización, esto es un hecho contrastado históricamente.

A esta tendencia natural se le une lo apetitoso de unas elecciones europeas donde el voto no es tan ortodoxo y donde una corriente, un planteamiento, se torna en partido político con la esperanza utópica de un buen resultado que haga de amplificador a sus ideas.

El caso es que entre estos dos escenarios, surge el ansia de copiar a esos triunfantes griegos que son la luz en un país masacrado por su propio mal hacer y por una Unión Europea que estaba esperando a cobrarse en sangre lo prestado durante años.

Pero hay algo que no se está haciendo bien. Si el verdadero movimiento de izquierda en España quiere conglomerarse y hacer sombra a la derecha y al ala más centrista de la socialdemocracia, debe huir de personalismos y ser consecuente. Al hilo de esto, llevamos unas semanas en las que desde ciertos medios de comunicación se le da más bombo que de costumbre a movimientos como Equo o al autoseñalado mesías Pablo Iglesias. Movimientos que, en mayor o menor medida, se apuntan a encabezar la creación de nuestra Syriza.

Error, bienintencionado quiero pensar, de unir desuniendo. Estos movimientos sólo dan para entrar en guerra de descalificaciones a fuerzas que ya han demostrado poder ser esa figura como Izquierda Unida o las CUP. Fuerzas estructuradas y asamblearias con estructura y trayectoria. Ahora desde los entornos de estos neomovimientos, se critica sin piedad a formaciones con millones de votos, también izquierdistas, y se insta a que se plieguen a cosas nacidas anteayer en aras del triunfo sobre lo establecido. O a que negocien programas de igual a igual con fuerzas que llevan en las trincheras décadas. O se proponen “ciber primarias” para toda la izquierda, que parecen impuestas desde algunos sectores.

Ni estrellatos ni movimientos mediáticos deben cegarnos. Los caminos de la unidad de la izquierda ya están marcados, desde hace mucho tiempo, sólo hace falta seguirlos, con convicción y alejados de la gloria personal, como colectivo.

Ese sentimiento colectivo, de clase, bien explicado es la palanca que activará la herramienta que el pueblo necesita para canalizar sus necesidades, para que la política se ponga a los pies de la casta que debe dominar la sociedad, que por número y por sufrimiento acumulado no es otra que la trabajadora. Syriza ya existía antes de su éxito.

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sábado, enero 25, 2014

Esto es España. Yo no quiero

Pues mientras que lo nacionalista rojigualda contra Gibraltar, contra Cataluña, contra la Unión Europea se impone a lo social, cuando en este año, que termina, los robos a la ciudadanía y recortes a la clase no dominante pasan de puntillas entre los asuntos patrios. Quiero, aunque a muchos no les importe, alzar mi voz y quiero decir por qué no quiero ser España.

No quiero porque aun no sé cómo no se ha cancelado para siempre el discurso televisado del Rey del día de Nochebuena, razones no faltan. Estamos sometidos a una figura como Jefe de Estado, que construye su pabellón de caza dentro de su Palacio a costa de Patrimonio Nacional, es decir de todos los que pagamos impuestos, que caza elefantes y que prevarica para que sus novias sean comisionistas de éxito. Cuya hija es salvada por la Fiscalía y por Hacienda, haciendo que sus vasallos nos hagan creer que sus facturas falsas no lo son tal. Que tiene a su familia y a parte de la familia real griega que expulsaron de su país a patadas, colocada en altos cargos de postín, llenos de prebendas oficiales y de excelente respeto social.

Un país en el que la banca pública ha sido el merendero de los políticos mientras que a ti, trabajador, te hacían pagar hipotecas con tipos manipulados poniéndote una y mil trabas para poder pagar cuadros de un pintor amigo del Presidente del Gobierno. En el que el hijo de un ex presidente afeaba la conducta al Presidente de la cuarta entidad financiera del país. Donde la ministra de Sanidad tenía un Jaguar corrupto en su garaje y dice que no lo sabía y la gente la cree.

Un lugar en el que la prensa es servil, donde hay tertulianos a sueldo de los partidos, de los que conoces su opinión a priori. Donde los precios están a la altura de los países más desarrollados de Europa y los salarios, si los hay, son menos de la mitad, y aun escuchas que hay que bajarlos más.

Un sitio en el que las eléctricas ganan 6.000 millones de euros y luego colocan a ex presidentes del Gobierno o a ex Ministros, mientras se jactan de cortar el suministro tras el primer mes de impago. Que la sanidad se mal vende y la educación pública se abandona.

Un algo en el que nos quejamos de no ganar Eurovisión o de que persiguen a nuestro fútbol porque la Unión Europea (sí, ese compendio de países tercermundistas) quiere abrirnos los ojos y decirnos “¿Pero no estáis viendo cómo os están atracando?”.

Una mierda en la que los políticos corruptos y los toreros piden indultos y en el que no hay becas para investigadores que triunfan a lo grande fuera de nuestras fronteras. Donde los jueces que se salen del guión acaban imputados y por los que protestan un par de decenas de gente en manifestaciones minoritarias.

Seguid mirándoos el ombligo y fabulando con invadir el Peñón o poner las tanquetas en La Concha de San Sebastián o en Las Ramblas de Barcelona.

Podéis tomar esto como mi resumen del año, pero yo de esto me borro. No quiero ser de esto. Quiero que me cambien entera la portada de mi pasaporte.

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Al juez Silva

Querido Elpidio José:

Ahora que te has convertido en nuestro último clavo ardiendo, no lo dejes escapar. No nos dejes empezar 2014 otra vez sin norte, sin saber dónde quejarnos, sin saber dónde acudir.

Los ciudadanos honrados, o al menos más honrados que nuestra clase diligente, te pedimos que nos des el gustazo de contarlo todo. El otro día decías que si contabas todo lo que habías visto en los correos, 8.000 ni más ni menos, y con el detallazo de que el tal Blesa se mandaba los sms a la cuenta de correo para conservarlos como coartada o como herramienta de extorsión, el sistema se resquebrajaría. ¿Acaso no lo está ya?

Sabes que tu carrera judicial está complicada, siendo eufemistas. Que a la derecha le duelen los jueces que no se pliegan a sus intereses, pero eso le pasa a toda la clase que nos gobierna sea del color que sea. Así que quiero animarte a que sigas, a que nos enseñes la putrefacción de esta sociedad encarnada en un entramado tan aparentemente legal como nauseabundo como fue CajaMadrid. Que nos enseñes cómo una entidad en quiebra y que ha sido rescatada con sufrimiento y dinero público que hipoteca nuestro futuro a corto y medio plazo como nación, seguía tocando la música que la política y los poderes económicos le marcaban en su Titanic particular.

Yo te lo agradecería, estoy seguro que la inmensa mayoría de la gente de bien también. No sé quién está detrás de las filtraciones de los primeros correos, de hecho no sé si eres tú, pero son jugosos, muy jugosos, a la par que asquerosos.

Si el sistema se resquebraja, es lo mejor que nos puede pasar. Dime en qué puedo ayudarte.

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