sábado, junio 27, 2009

Otro hito en la ingeniería subterránea para Madrid.

A veces, es bueno salirse de la rutina, del día a día, del intentar proclamar un pensamiento económico y político en el mundo actual, y dejarse llevar por la euforia de una celebración como la que se ha dado esta mañana en Madrid.

En ella aparecían juntos hoy, archienemigos de ayer y de mañana paseando por esa nueva infraestructura pública como la nueva estación de cercanías de Sol.

Según rezan las crónicas, y utilizando perífrasis arquitectónicas, con forma de 'caleidoscopio urbano', la boca de la estación ha sido el broche final a este trabajo que se inaugura con casi dos años de retraso y tras más de cinco años de obras en la plaza, donde además de las de Fomento, se sumaron los trabajos de ampliación de la línea 3 de Metro que llevó a cabo el Gobierno regional la pasada legislatura.

Parece ser, que según Fomento, las obras se retrasaron por el hallazgo en mayo de 2006 de los restos que resultaron pertenecer a la cimentación de la antigua Iglesia del Buen Suceso. La Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid ordenó paralizar inmediatamente las obras y hasta mediados de enero de 2007 no autorizó la retirada y traslado de los restos. Si es cierto, bien. Esa filosofía de la obra pública atropellada que se ha acometido en Madrid en la última época, no es la correcta.

Dado que es un post-homenaje me gustaría dar un puñado de datos de la nueva estación. El nuevo vestíbulo, de 7.500 metros cuadrados, complementa el ya existente de Metro (con conexión a las líneas 1, 2 y 3) y conecta con él en tres niveles, por donde discurrirán, según las estimaciones de Renfe, unos 70.000 viajeros al día. La estación está situada en el nuevo túnel, que une Atocha con Chamartín, pasando por Sol, Nuevos Ministerios y, más adelante, Alonso Martínez, y por el que ya circulan las líneas C-3 (Aranjuez) y C-4 de Cercanías (Parla).

Bienvenida y bien usada.

miércoles, junio 24, 2009

Bien, Ocaña, bien.

A veces esto de gobernar necesita de seres valientes y con las ideas claras. Estos días Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos ha aparecido en escena y ha hecho unas serie de claras declaraciones sobre cómo hay que recuperar las arcas del Estado de la crisis y sobre cómo la izquierda debe manejar la crisis.

Comenzando por que Don Carlos debería pasar a la historia de la economía por la clarividente frase de: “no se puede tener los servicios sociales suecos con las tasas impositivas irlandesas”.
Eso quiere decir que por fin, el continuo decrecimiento de los impuestos para las rentas tan altas, ha terminado. Para poder recaudar más es imprescindible gravar las rentas más altas y las rentas del capital sobre todo de las grandes empresas.

Llevado por la mesura además, admitió que cuando el PIB se recupere y empiece a registrar tasas positivas, seguramente el empleo aún no se haya recuperado y los ingresos tributarios reflejen con cierto retraso la recuperación económica.

Un par de frases contundentes, por un lado poniéndose del lado del obrero y por otro asegurando que la clase empresarial no va a repercutir sus ganancias en los trabajadores hasta que sus bolsillos no se hayan recuperado de la crisis. La primera misión del Gobierno es velar porque estas cosas vayan por el cauce correcto.

Por otro lado, en el mismo foro y el mismo día, dos partidos eminentemente de derechas como el PP y el PNV, pedían una reducción del gasto público y la flexibilización del despido. Habría que hacer mirar esas cosas, que tuviesen el altavoz necesario y hacer llegar al trabajador quién está de su lado y quien no.

No se puede ser más claro. Espero que Carlos Ocaña no pague políticamente su claridad tanto de pensamiento como de su trasmisión.

¡Qué cunda el ejemplo!

martes, junio 09, 2009

Comentando resultados.

Tenemos, los iluminados, la eterna tentación de querer hacer el giro imposible, el desmarcarnos del resto, con lecturas y opiniones que se alejen de lo corriente. Tenemos, los perdedores, la necesidad imperiosa de, a la par, girar 180 grados la realidad y de buscar explicaciones mitad negacionistas, mitad que justifiquen lo aparentemente inexplicable.

Lo que escribo hoy es la mezcla de ambas cosas, por un lado, el frotarme los ojos ante el aparente masoquismo de la ciudadanía europea que premia a las ideas políticas que han embarcado al mundo en la crisis financiera más importante desde de el 1929 y otorga el poder a los defensores de no tocar un ápice un sistema financiero destrozado e imperfecto, y por otro lado, la escasez de capacidad de la izquierda, más concretamente del socialismo europeo, de hacer suyo el cambio de sistema como salvación de la economía mundial. Simplemente, el no haber sido capaces de abanderar el intervencionismo en los mercados como vacuna ante esta crisis del “laissez faire”.

Aparejado a esta incapacidad del socialismo europeo, el viejo continente se plaga de pseudofiguras de la izquierda, que tienen de veros socialistas como yo de Obispo de Mondoñedo, y que canalizan las conciencias de los obreros y de los izquierdistas incapaces de votar a los partidos tradicionales.

Figuras como Daniel Cohn Bendit, el célebre Dany el Rojo de Mayo del 68, que a partir de este fin de semana parece que se ha convertido en la gran esperanza blanca de la izquierda europea. Error.

Dentro de un entorno de pesimismo en los partidos socialistas de Europa, el francés, el alemán, y el italiano desparecidos, el laborismo británico (si algo tiene de socialista ese partido) en la mayor crisis de su historia, ganada a propio pulso, sólo España, con los datos que se obtuvieron el otro día mantiene el prurito de supervivencia del socialismo europeo.

Que a nadie se le escape, que ser derrotado por Mayor Oreja, lo más a la derecha de la derecha, es de los peores méritos políticos de Zapatero, y que es un golpe mucho más duro de lo que parece y de lo que nos quieren hacer parecer. Esto no es sólo chapa y pintura, el motor ideológico parece tocado y las medidas económicas y sociales, timones de la gestión de la crisis, deben ser más publicitadas, ya que honestamente creo que van por el buen camino.

Y ahora quiero hacerme eco para terminar de un dato escalofriante, por un lado la media de afiliación sindical en Europa que se sitúa en un 25% de los trabajadores, escasa, muy escasa, obvia culpa de la nula credibilidad de los sindicatos en la Europa occidental, pero mientras que en Dinamarca alcanza el 80%, en Francia (el país con menos afiliados) apenas llega al 8%. España, con un 19% de cotizantes, se sitúa por debajo de la media, y sin progresos desde hace 30 años. Indicativo, muy indicativo.

Cada uno de estos párrafos a fe que valdrían para ensayos independientes de cientos de hojas, y seguro que el texto parece un poco precipitado, y con demasiado ritmo, pero para terminar quiero volver al principio.

Si en épocas de vacas flacas el obrero, el proletario, se anquilosa en la derecha, pensando que es su tabla de salvación es que nuestra clase se ha vuelto loca, y que nuestros políticos de la izquierda seria y tradicional ya no saben trasmitir, ¿Cuál es la solución? ¿Terapia global o cambio de clase política?

lunes, junio 01, 2009

Al hilo de las demandas en la Comunidad.

No seré yo el que ponga en duda que el PP madrileño tiene encima una larga sombra de sospecha en forma de corrupción. No me cabe duda que el Tamayazo sólo fue la punta de un iceberg enorme, gigantesco que se ha gestado al albor del avance desmesurado del urbanismo madrileño y amparado por el gobierno regional, pero lo que la izquierda, si quiere cambiar algo en la Comunidad, antes de que sea demasiado tarde, hay que mirar hacia delante.

La semana pasada, el PSM decidió poner una demanda por financiación ilegal al PP de Madrid, afirmando que tiene constancia de que algunas empresas que hicieron importantes donaciones de dinero a la Fundación del PP Fundescam, y han recibido bonitas retribuciones en especie.

Pero aunque sea verdad, cosa que no pienso juzgar, estamos hablando de las campañas autonómicas y municipales del PP de Madrid de 2003 y 2007. Hace algunos años ya.

Mientras que la Comunidad de Madrid se hunde económicamente, mientras que injustamente se le echa la culpa al Gobierno Central, mientras las conciencias de os millones de trabajadores de Madrid están perdidas y sin referentes políticos a los que votar, al PSM sólo se le ocurre juzgar campañas electorales de hace 6 años.

Decía Maru Menéndez, esta mañana, que es "muy probable" que la sucesión de querellas y denuncias en que están inmersos el PSOE y el PP en Madrid pueda "hartar" a los ciudadanos. Buen juicio… ¿por qué no lo seguimos?