El silencio y García.
No me arriesgo en demasía si afirmo que la mejor comidilla de la semana pasada, y mi intuición dice que la de parte de la de ésta es la entrevista a José María García que Jesús Quintero iba a emitir en su programa el pasado miércoles.
Tengo que aclarar para que me sea descontada cierta subjetividad, que como profesional y como trabajador, tengo una enorme admiración a García. Creo que es un tipo que con sus peculiares formas ha dignificado la profesión de periodista que tan a la baja cotiza actualmente. Por otro lado, todos sabemos cómo es García, yo uno de ellos. Todos tenemos en mente algunos de sus defectos, pero con entrevistas como la del miércoles todos volvemos a rememorar sus virtudes.
El pasado miércoles iba a emitirse la ruptura del silencio que Jose María García se había autoimpuesto tras abandonar la radio en 2002, a tercios entre razones profesionales, médicas y personales. Esa entrevista aún no se ha emitido en TVE, y aunque tengo la sensación de que esta semana tendrá que serlo, su video ya ha podido ser visionado en “elmundo.es” y numerosos medios han trascrito y publicado las preguntas y respuestas de la entrevista a emitir.
Curiosamente, García reparte “palos” en forma de testimonios y opiniones a un amplio espectro de personajes públicos que se encuentran en el ámbito de la política, del deporte y de la comunicación. Tras verla no hay duda; fue descarnado, crudo y políticamente incorrecto, pero creo que no hay motivos como para censurarla.
“Supergarcía” (porque cuando le vi frente a Quintero me hizo recordar con añoranza lo que fue) habló de conspiraciones, de reuniones en Moncloa, de “la guerra de los medios”... con una claridad tal que estoy seguro que para muchos de vosotros ha sido imposible no ver o leer íntegra la entrevista si hay un “trocito” que haya caído en vuestras manos. García estuvo brutal, apoyado además en un Jesús Quintero en su papel , más que correcto, dejando hablar y guiando la entrevista.
Lo que contó García es espectacular y asombroso para gente “del pueblo”. Esas comidas en Zalacaín, esas llamadas a consultas por parte de Ministros y Presidentes del Gobierno, los tejemanejes de la oligarquía socio – económica del país... esos políticos jugando con los periodistas, con sus opiniones y con sus empresas al ajedrez de la influencia. ¡Y qué bien contado!, tan simple y tan claro como si García te estuviese contando el traspaso bomba del verano de la Liga Española.
Admiro y adoro a la gente que habla claro. Admiro y adoro a la gente que cuenta verdades políticamente incorrectas. Admiro y adoro a la gente cabal que a pesar de tener sus tendencias de pensamiento puede ser tan objetivo. De hecho adoro la objetividad. Creo que como personaje público, todas esas virtudes están en García. Y en esta entrevista las puso de manifiesto. ¡Grande García!
Ahora la parte oscura. No entiendo cómo TVE puede permitirse el lujo de no emitir la entrevista. No sé quien fue, quien movió hilos para que no se emitiera, pero se ha dado un batacazo. Tampoco entiendo la actitud de TVE que cree que paga la deuda con el ciudadano emitiendo la parte de la entrevista en la que García habla del director de RTVE. ¡Que bobos!, ni siquiera se dan cuenta que es la parte menos interesante de toda la cinta... Voy a preguntarme razones de esta censura, ¿alguien llamó y amenazó para que no se emitiese? ¿Autocensura porque era demasiada gente afectada como para poder enemistarse con ella en una sola noche? ¿Se ha creído la dirección del ente tanto lo de la televisión pública de “no partido” que tienen que proteger al partido de la oposición para guardar su neonato buen propósito? Sea cual sea la respuesta es un craso error.
Yo ya he pagado mi cuota correspondiente de entrevista (hasta que alguien no me demuestre lo contrario, TVE la pagamos todos)... porque la productora del programa no creo que le devuelva la “pasta” a TVE, por eso y por mil cosas más creo y exijo que esa tan buena inversión no sea tirada a la basura.
La otra parte oscura es que García ha vuelto y quiere volver en serio. Eso no es una mala noticia. La mala noticia es que lo va a tener difícil. Ser objetivo y no casarse con nadie no está de moda. Desgraciadamente tiene vetados los medios de Polanco (son enemigos irreconciliables) y no creo que ninguna televisión pública se atreva a pagar a alguien que le pueda ser infiel. Su apuesta es muy complicada y va a tener zancadillas en todas las esquinas, pero deseo por simple higiene social que tenga suerte.
Qué largo silencio y qué correcta forma de romperlo.