La dichosa financiación autonómica.
Es cierto que en la pasada legislatura, en periodo de flagrantes vacas gordas las reformas de los Estatutos de Autonomía fueron las estrellas del debate sobre el futuro del estado.
Aquel tiempo, como ahora, el fantasma del “España se rompe” se agitó, y la presumible preferencia del Gobierno por sus “territorios vivero” fue utilizada por los garantes de la unidad de España para coaccionar el amor entre españoles. Esta legislatura el constante perfeccionamiento de la España de las autonomías ha necesitado la modificación de su sistema de financiación, o mejor dicho, del sistema de transferencias del estado hacia ellas.
El modelo actual de financiación autonómica data de 1999, cuando se hicieron una serie de transferencias de competencias a muchas Comunidades Autónomas, como la Sanidad y la Educación. Como dichas transferencias necesitaban también inyección de dinero, se acordó un sistema de financiación que es el que se ha usado hasta ahora.
En este sistema actual existe lo que se llama nivelación, es decir, que las Comunidades más ricas transfieren parte del dinero a las más pobres. Es algo así como el “IRPF” autonómico: las Comunidades ricas pagan más impuestos.
En esta actual modificación en debate se ha optado por un sistema de reparto más similar al alemán, que garantiza que “un land” que aporta, nunca recibirá menos dinero del que recibe otro territorio que aporta al estado mucho menos.
Pero la reforma no queda ahí. Llevado por numerosos comentarios que pude escuchar ayer noche en radios diversas, me he abandonado a las fauces del documento de unas 80 páginas y he llegado a la conclusión de que puede ser el documento final, desde el lado positivo de la palabra.
La cantidad de variables que se han introducido y la equidad del sistema matemático, nos lleva, a mí y a mi optimismo a pensar que este documento puede ser el definitivo. El que rija las transferencias estado-autonomías por un tiempo importante.
Desde luego y para evitar caer en las demagogias propias y en las ajenamente forzadas, os recomiendo la lectura.
Creo que es una muy buena forma de empezar a comprender el nacionalismo periférico, y de paso a respetarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario