Tocando el pacto social.
Llevaba bastante tiempo con ganas de rascar un pelín este tema del pacto social y voy a aprovechar esta tranquila noche dublinesa para ello.
Hace un par de semanas y llevados por la prisa brutal de todos los representantes de los agentes sociales por cerras las cosas y las cosillas antes de vacaciones, se hizo público el llamado “fracaso” del pacto social.
Parece ser que no fue posible el acuerdo y la versión oficial versa acerca de las inaceptables condiciones que planteó la patronal. La verdad es que analizados los argumentos no sé si creerlo, y si os soy sincero, más o menos me da igual.
Lo importante es que con esta ruptura ficticia o veraz, quede claro a la opinión pública y al resto de gobiernos europeos que, en España, esta vez no se va a ceder ni un ápice en los derechos de los trabajadores que tanto tiempo y esfuerzo nos ha llevado a conseguir.
Lo fácil, lo sencillo es dejarse llevar por las corrientes del clavo ardiendo, que sugiere que cualquier cosa es buena para poder enseñar un buen dato de desempleo. Afortunadamente, este Gobierno no se está dejando llevar por esta tentación y no va a abaratar el despido, ni a facilitar los contratos precarios, ni a bajar puntos de cotización de la Seguridad Social, ¡bien! Ese es el camino. Estas pérdidas serán luego irreversibles en tiempos de bonanza.
Siendo objetivos y dejando este semi fanatismo al margen, sólo recomendar la lectura del documento final de propuestas de la CEOE, vacío, ambiguo y confuso. Si esas son las propuestas por escrito, ¿quién no se cree que oculten perversas intenciones para los trabajadores?
Por cierto, ¿quién recuerda los ingentes beneficios que las empresas han logrado estos años al albor del crecimiento económico brutal?... Ahora se recompensan con EREs.
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