Seguro que os parece ya lejano, pero fue ayer en el 20minutos, cuando aparecía en su portada la desagradable fotografía de un brazo de color desgarrado en Melilla. Se informaba, al igual que en prácticamente todos los medios, de que la foto correspondía a uno de los numerosos inmigrantes ilegales que asaltaron ayer la valla fronteriza de Melilla, cuyo brazo había sido destrozado por las famosas concertinas.
Durante el día iba leyendo opiniones encontradas sobre la idoneidad o no de la colocación de esa fotografía en la portada, máxime siendo un medio gratuito, visible y muy accesible a cualquier público. Pero me gustó mucho, a la par que me convenció, no niego que ya estaba algo predispuesto, la explicación del director editorial del periódico Arsenio Escolar, que venía a decir, que todo lo que dicen nuestros gobernantes sobre lo inocuo y no agresivo de los procedimientos para repeler la inmigración ilegal es una enorme y descarada falsedad.
Así es. Las concertinas desgarran y las pelotas de goma en el agua matan a sangre fría a seres humanos. Eso no hay que callarlo y hay que mostrarlo en un lugar destacado, nada de camuflarlo para no ser tildados de amarillistas. Luego en nosotros está el juzgarlo y el encontrarle un acomodo ético a una forma de dañar al ser humano en aras del estatus quo social.
Supongo que ya asumimos, como he dicho muchas veces en este blog, que los cadáveres de inmigrantes ahogados y los brazos desgarrados, si son africanos valen poco, tanto para el sistema como, no nos engañemos, para nosotros que miramos hacia otro lado, que queremos apartar la vista de la molesta portada.
Ya sabéis… afortunadamente nosotros nos convertimos en inmigrantes por Barajas. Todo mucho más civilizado.
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