Esta noche a eso de las 9 de la noche hora continental, fallecía físicamente Eluana Englaro. Tras diecisiete años en coma y unos meses llenos de intensidad entorno a su futuro.
Ella, ajena a todo el revuelo que artificialmente El Vaticano y la ultraderecha italiana han formado, llenando a la sociedad italiana de ideas del precámbrico sobre la vida y los milagros, dejaba de respirar una vez que hace unos días le fue retirada la alimentación que a mantenía en coma. A las afueras de su hospital, manifestantes “pro-vida” se concentraban dándole un halo dramático a unos últimos días dentro de más de una quincena de años de sufrimiento.
Durante estas últimas semanas, se han oído mil argumentos en contra de este cese de la alimentación que desembocaría en la muerte de Eluana. De los más destacados, uno de los del ínclito Berlusconi que decía que no podía ser desconectada porque aun podía quedarse embarazada, ¡una chica en coma!
¡En qué manos está Italia! El laicismo de la república etrusca prácticamente no existe. La situación geográfica de El Vaticano y los tradicionales lazos que unen a los italianos con la más obsoleta cúpula católica no colabora a que estos debates sociales, basados en básicos principios humanitarios sean todo lo objetivos que debieran ser.
La situación de la familia, la desesperación de lo irreversible de la situación y la “presunta” declaración de la propia Eluana creo que son más que suficiente para tomar esta triste y dolorosa decisión.
Creo en el derecho de la familia de un enfermo a tomar responsablemente esta decisión dentro de unos plazos razonables, creo también en la posibilidad de hacer un testamento vital donde cada uno pueda decidir cómo terminar en caso de enfermedad irreversible, no deja de ser el natural derecho personal, a decidir sobre su propia vida, de acuerdo con la ética personal y la generosidad de cada uno.
Creo que Eluana será un icono más de este debate que debe dejar fuera unos ideales antediluvianos y que deben ir a lo práctico y a lo real, a la curación posible y buscar la mayor comodidad tanto física como mental del enfermo y de sus familiares. No me parece una monstruosidad.
Espero que Eluana descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario