Analizando elecciones.
El pasado domingo se vivió un día un tanto especial en lo que a la vida política de España se refiere. Por primera vez, y llevado por el pánico a perder la poltrona, un Lehendakari decidió dejar de lado el “especial trato” que conlleva sacar las elecciones vascas de cualquier fecha electoral convencional e hizo coincidir sus “Euskocomicios” con las elecciones gallegas, sabiendo que el desgaste que podía sufrir el PSOE, como partido de carácter general, enfrentándose con posibilidad de éxito a ambas contiendas electorales simultáneamente podría venirle bien a sus intereses.
El resultado de las urnas ya lo conocéis, pero no me resisto a comentarlo, al menos dedicándole un parrafito a cada una.
En Galicia, se ha demostrado que las torpezas se pagan. Si, a pesar de lo intermitente de los escritos, aun algo me seguís, siempre he defendido eso de que “la mujer del Cesar debe ser honrada y parecerlo”. Aquí el gobierno de los socialistas de Galicia y el Bloque, que no ha dado escándalos políticos de relevancia, ni ha tenido, contra pronóstico, comportamientos estridentes, ha caído por el efecto de pequeñas pinceladas, de las que a los votantes de izquierda ponen bastante calientes. Espero que sea un buen escarmiento, para futuras batallas, nada de malversar fondos públicos en Audis o en despachos preciosistas, ni en reformas, ni en comilonas… eso la derecha lo perdona, la izquierda no. Ahora el moderado Feijoo, gobernará Galicia con mayoría absoluta y me temo que durante un buen puñado de años. Cuando se ansía algo tanto tiempo, no se puede perder por detalles insignificantes que nada tienen que ver con el cambio, con la revolución ideológica.
En Euskadi el panorama es diferente y no me gusta. Creo firmemente que en este caso, y dado que el PSE no ha sido la fuerza más votada, (gracias a la concentración del voto útil nacionalista en el PNV), no debería ser Patxi López quien gobernase. No es más que dar más razones al tradicional victimismo peneuvista. El control del parlamento está en manos de los partidos no nacionalistas, eso es un gran poder en democracia. Poder hacer oposición con la espada de Damocles de una moción de censura, es un privilegio del que Euskadi debe aprovecharse, sólo hay que mirar el ejemplo de Navarra. Pero pase lo que pase, de veras espero que Patxi López no escuche los cantos de sirena que el PP le ofrece, regalándole los apoyos en la investidura, mal “Caballo de Troya”, amigo, para ocupar la Lehendakaritza. El camino, si realmente el PSE desea gobernar Euskadi, debe ser más imaginativo que el apoyo de un partido que sin remisión y continuadamente en los últimos veinte años ha utilizado Euskadi y su nefasta lacra del terrorismo como arma político electoral, eso no hay que olvidarlo.
Y un último apunte. Por fin, y llevo años clamando en el desierto, siendo una opción que estaba condenada a consolidarse, puedo alegrarme sincerísimamente de los brillantes resultados de ARALAR. Por muchos motivos, y sobre todo porque la izquierda independentista pacífica tiene que ocupar su espacio, me alegro sinceramente.
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