Las concesiones y la conexión con la meseta.
La conexión de Asturias y la meseta ha sido desde tiempo inmemorial la mayor traba para la correcta integración del Principado con el resto de la península. Referido a esto, las últimas elecciones generales se caracterizaron por la promesa de eliminar el peaje del Huerna, que el Presidente del Gobierno dio.
Al hilo de este incumplimiento (lógico por otra parte debido a las peculiares características de la concesión del Huerna) y de la polémica que últimamente se genera proponiendo, de forma inútil y sin criterio alguno, la construcción de una nueva carretera alternativa al peaje, se pierde el horizonte la piedra angular de la problemática que es la ausencia de calendario para la llegada del AVE al Principado.
El pasado fin de semana, el neoministro Blanco aseguró que no podía condenar a Galicia «a perder el tren del futuro durante un siglo», y con esta argumentación accedió a modificar el trazado del AVE entre la provincia de Zamora y Orense para que alcance las máximas prestaciones, separando las mercancías y los pasajeros. Quizá no todas las ampliaciones de las líneas de alta velocidad puedan ser de “primera”, de máximas prestaciones, pero sin duda que la solución no pasa por someter a algunas conexiones al anacronismo de una red de alta velocidad que tuviese dos categorías. En este caso, el anacronismo se representa en un trazado con un tráfico mixto de mercancías y pasajeros.
La conexión de Asturias y la meseta ha sido desde tiempo inmemorial la mayor traba para la correcta integración del Principado con el resto de la península. Referido a esto, las últimas elecciones generales se caracterizaron por la promesa de eliminar el peaje del Huerna, que el Presidente del Gobierno dio.
Al hilo de este incumplimiento (lógico por otra parte debido a las peculiares características de la concesión del Huerna) y de la polémica que últimamente se genera proponiendo, de forma inútil y sin criterio alguno, la construcción de una nueva carretera alternativa al peaje, se pierde el horizonte la piedra angular de la problemática que es la ausencia de calendario para la llegada del AVE al Principado.
El pasado fin de semana, el neoministro Blanco aseguró que no podía condenar a Galicia «a perder el tren del futuro durante un siglo», y con esta argumentación accedió a modificar el trazado del AVE entre la provincia de Zamora y Orense para que alcance las máximas prestaciones, separando las mercancías y los pasajeros. Quizá no todas las ampliaciones de las líneas de alta velocidad puedan ser de “primera”, de máximas prestaciones, pero sin duda que la solución no pasa por someter a algunas conexiones al anacronismo de una red de alta velocidad que tuviese dos categorías. En este caso, el anacronismo se representa en un trazado con un tráfico mixto de mercancías y pasajeros.
El calendario de puesta en marcha de la línea de alta velocidad a Asturias es un pozo de trampas. Un cúmulo de despropósitos que se confunden entre el poco interés de las empresas constructoras por terminar obras poco rentables y la falta de liquidez de la administración.
Algo de culpa, quizá también producto del poco peso que el socialismo asturiano tiene en Ferraz. ¿Lo cambiaremos algún día? ¿Dejará Asturias de ser una Comunidad de tercera?.
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