Llevo casi una semana alucinando (valga la palabra) con las torpezas que se han ido diciendo sobre la energía nuclear, los planes energéticos, residuos y accidentes…
Lo que empezó como un terremoto – tsunami de una envergadura inusitada y que hubiera destrozado cualquier país de mundo salvo Japón, por su mentalidad y una historia llena de legendarias peleas contra la deriva continental, ha terminado en un movimiento de catarsis mundial sobre qué es lo que cada uno pensamos sobre la generación nuclear de energía.
El mayor de los problemas es que dentro de la borrachera de opiniones muchas de ellas son de nuestros líderes políticos, aspirantes a líderes, acompañantes y consejeros… Y la conclusión una vez oídas es que la cosa está como para echarse a temblar.
Me sorprende ver países absolutamente acostumbrados a la energía nuclear, con multitud de centrales, con una gestión de residuos redonda, planteándose ahora una campaña de revisión de reactores, de instalaciones, de cambio de normativas, de cierres súbitos de plantas… Modificando la vida útil de las centrales, replanteándose la construcción de nueva plantas ya previstas… Me sorprende, concretando, que los gobiernos de Francia y Alemania, por ejemplo, den todos esos pasos en falso, duden y hagan dudar a su ciudadanía de la validez del sistema de creación energética y de su capacidad y criterio de gobernar.
Visto esto, no me extraña las lindezas que se han oído por aquí, donde somos absolutamente neófitos. El partido del gobierno no ha variado de criterio y considera la nuclear como una pieza más en el coctel energético, que le viene heredada y a la que no le apetece enfrentarse rigurosamente llevados por pseudo discursos ideológicos de dudosa validez. La oposición ha pasado descaradamente de puntillas, y frente un medio de creación de energía que ha defendido visceralmente (por mera confrontación ideológica) porque continúan con la política de no hacer política por si acaso…
Pero lo peor, es que nadie tiene las ideas claras… y frente a un tema tan controvertido de los que separan a los niños de los hombres nadie, esté familiarizado o no, tiene un pulso firme y una “hoja de ruta” clara.
Personalmente, y porque sí tengo claro el tema, creo que el coste, los riesgos y los residuos de las nucleares deben ponerse en la suma total de las energías patrias, donde las renovables y la hidroeléctrica deben seguir teniendo un papel preponderante. Hace falta subirse al carro nuclear y hay que ser serio con su proliferación y con su gestión, en un país tan deficitario energéticamente no podemos dejarla de lado.
Afortunadamente la diligencia japonesa ha conseguido ir controlando el fallo en los reactores de Fukushima, espero que cambien otras dos cosas en la política nuclear mundial; la primera es que se tenga, al menos, criterio y la segunda que hay que evitar poner centrales cerca de la costa, o por lo menos protegerlas de tsunamis, porque el binomio tsunami-centrales nucleares es el único elemento extraño que se ha sumado a la situación en los últimos 10 días.
2 comentarios:
¿GEstión de residuos redonda? ¿Pero no estábamos hablando de España? ;)
Bueno... hay que pensar que la utopía existe y que somos capaces de cambiar un poco y empezar a hacer las cosas bien.
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