Pero no en la calle, ¿eh? Nada de protestar que os detendrán y os aplicarán leyes antiterroristas.
He pasado casi un mes fuera de España trabajando y así sin cotejar con nadie las noticias que me llegaban, sin más filtro que el de alguna radio por internet y las redes sociales la sensación es que quizá haya sido el peor mes de la historia de España, para el ciudadano de a pie.
No quiero apuntarme a ninguna ola tremendista, de hecho es un movimiento lógico, ya dicen los marinos eso de “en época de tormenta a la taberna” y eso es lo que estamos haciendo entrar en una taberna que nos retrotrae a inicios del siglo XX.
Con los derechos del trabajador destrozados por la más agresiva y lesiva reforma laboral de la historia, que concede un poder omnímodo al empresario, con una campaña de desacreditación constante a los sindicatos, en aras de una promesa de aumento del empleo en próximas épocas de bonanza, la situación económica, la del día a día, se está volviendo más irrespirable.
Con el precio de los carburantes aumentando desorbitadamente sin sentido macroeconómico alguno (ni aumento del precio del petróleo, ni excesiva inflación, ni modificaciones cambiarias en el Euro) y las Administraciones Públicas en una espiral recaudatoria que se nota en los aumentos en los precios del Transporte Público, en la subida de las tasas administrativas y el runrún del copago, próximo a venir, la vuelta a la espiral del consumo al movimiento de capitales que permita generar algo de crecimiento está lejanísima.
Pero si bien esto es terriblemente preocupante, casi lo es tanto que se intenten colar, aprovechando la euforia de la llegada al poder y las ganas de cobrar cuentas pendientes mil reformas, mil propuestas, que en nada tienen que ver con lo económico, tales como volver a la arcaica ley del aborto a anterior, prácticamente la de los viajes a Londres o a Amsterdam para abortar, la criminalización de las protestas en la calle, amparándose en las habituales y magnificadas escenas violentas de algunas concentraciones…
La derecha tiene todo el derecho del mundo a hacer todo esto de hecho muchísimos ciudadanos españoles les dieron con su voto, con su abstención o con su opción a partidos que atomizan el voto progresista, el poder para hacer esto, eso lo tengo claro.
Lo único que me queda es la protesta, y protestaré cuanto pueda, o cuanto me dejen… Mientras pienso como conseguir un montón de dinero negro para blanquearlo en noviembre al 10%.
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