lunes, abril 29, 2013

Cospedalenado, capítulo 37.

Antes de que la Secretaria General del Partido Popular, el partido gobernante en España, la Sra. María Dolores de Cospedal, se largase a China, desconozco si en calidad de Presidenta de Castilla La Mancha, si de Secretaria del PP o de turista política, nos arrojó una perlita que no quiero dejar de comentar.

Al hilo de los míticos “escraches” también llamados en mi diccionario, pacíficos a la vez que sonoros modos de protesta popular de un modo personalizado, Cospedal tildó a sus autores de nazis a la vez que el PP se disponía a criminalizarlos, poniendo en marcha la máquina represora del estado para que detengan y amenacen hasta con cárcel a sus autores.

Me parece más que preocupante que alguien con poderes públicos, pueda basar esta acusación, por no decir insulto o injuri,a en que estos actos no respetan la mayoría parlamentaria. Quiero aportar un par de datos, que deberían poner en solfa a todos aquellos que usan estos pueriles argumentos para coaccionar el derecho popular de protestar.

Dentro de esta democracia sumamente limitada, sólo el 28% de la población adulta que podía votar, votó al Partido Popular, lo cual no fue obstáculo para que tal minoría alcanzara una enorme mayoría parlamentaria, mayoría totalmente desproporcionada en su tamaño y que no se correspondía con el voto real. En realidad, la gran mayoría (72%) de la población que podía votar, no votó al PP.

Pero lo peor es que, antes de decir memeces de este calibre para evitar las protestas pacíficas ciudadanas, debe darse cuenta, la señora que la elección de la minoría que votó al PP (28%) se basó en un programa electoral que el PP ha incumplido línea a línea, excepto honrosas excepciones en las que se parapetan como la aberrante ley del aborto. Promesa electoral tras promesa electoral ha sido desatendida. La evidencia de ello es abrumadora. Como también es abrumadora que la élite dirigente del PP sabía que no la cumpliría, mintiendo a la ciudadanía. La rapidez con la que actuó, ignorando sus promesas, era el mejor indicador que sus acciones reales (muchas de ellas opuestas a su programa electoral) estaban ya programadas en la época pre-electoral.

Puede concluirse por tanto que ante tanto incumplimiento, mentira y falta de legitimidad numérica las protestas ciudadanas no hacen más que plasmar el deseo por parte de la mayoría de la población de que las políticas que el gobierno aplique son las deseadas por tal población. Incluso entre sus votantes, la mayoría no eligió al PP para que llevara a cabo políticas opuestas a las que prometió durante el periodo electoral. Y la impopularidad de tales políticas, incluso entre sus votantes, es la mejor prueba de ello.

Por eso me rebelo ante sus respuestas y descalificaciones y la respuesta de muchos compañeros de partido e incluso de tenues izquierdistas que llaman al conformismo afirmando que la manera de responder democráticamente es esperar al voto hasta dentro de cuatro años, en un sistema que tampoco refleja el deseo popular.

Así que no queda otra que esperar la próxima acusación a su regreso de oriente o su próxima mentira cómica sobre corrupción, sobre sueldos y despidos.

Etiquetas de Technorati: ,,

No hay comentarios: