Es cierto que no por haberse dicho muchas veces, deja de ser menos cierta la denuncia y más obscenas las reacciones.
Este domingo hubo un atentado en Boston, o al menos un par de explosiones, que es lo que ahora mismo está confirmado. El resultado tres muertos.
Ayer en Irak, una ola de atentados mataron a 36 personas.
Seguro que de la primera de las noticias tenéis la retina llena, de la segunda se ha pasado de puntillas.
Son cosas que pasan, pero son 12 veces más de muertos, quizá sea ese el baremo, aunque me pregunto si el valor de los muertos se tasa en función de la cercanía cultural, o racial…
No quiero minimizar la repercusión de las dos bombas de Boston, pero sí quiero haceros saber que entre los muertos en Irak, en los atentados del fin de semana, o en Siria cada semana, hay muchos más niños de 8 años que mueren y seguro que no son portadas de los periódicos, ni se le dedican videos y tertulias en las televisiones. O en nuestras páginas del Facebook, que todos somos culpables. Somos de conciencia cínica.
Eso sí, lo que quiero destacar de ayer es la reacción de Obama. Ayer, en un discurso a la nación no quiso hacer conjeturas, no señaló culpables de un modo precipitado e intencionadamente erróneo. Es lo que se debe hacer cuando hay un ataque terrorista. Lección a aprender aquí.
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