Leía en una red social el otro día una noticia, que en mi comentario puse en duda, seguramente porque una parte de mí no quería creerla. Me lo rebatió uno de los mejores profesionales con los que he trabajado y le debía este post. Resulta que a seis meses vista de las elecciones municipales se cierra el censo de votantes para españoles que viven en el exterior.
Un poco extraño. Cuando la inmensa mayoría de los que viven en suelo patrio no tienen ni idea de qué fecha son las próximas elecciones, resulta que aquellos que han tenido que irse del país que andan reconstruyendo su vida profesional y personal por ahí en cualquier parte del mundo, no sólo tienen que saberlo sino que además tiene que haber solicitado ya su “rogación de voto”.
Sí, “rogación de voto”. Un español que se haya ido fuera de un modo permanente, aunque haya sido ayer, tiene que desplazarse a un consulado a más de seis meses de las elecciones y solicitar que le dejen votar. Resultado de la jugada… de los 1,9 millones de españoles que viven fuera de España, se ha aceptado su ruego de voto a menos de 71.000.
La verdad es que suena a casual y casi a despreciable, ¿no?. De hecho así ha pasado en los medios, pues no lo es. Son DOS MILLONES DE ELECTORES, pero claro, no suelen ser electores muy afines. Simplemente, porque a ellos en la mayor parte de los casos, el sistema, el saqueo de la corrupción y una infame gestión de los partidos en el gobierno les ha obligado al exilio y por eso, pues no hay que preocuparse por ellos.
Otro detalle más de lo que los ciudadanos importan a los gobernantes… si son incómodos los eliminamos… y los medios de comunicación, callan como cómplices.
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