Pues resulta que así ha justificado el ahora Embajador en Londres el cobro de 375.000 euros que la constructora COLLOSA, le dio a su empresa de consultoría y el pellizco que se le escapó al congresista Pujalte, ya que pasaba por ahí.
Creo que es el momento de quitarnos la careta. Señores, somos una república bananera, en su más peyorativa de las acepciones.
Los políticos en un porcentaje elevadísimo han confundido lo público y lo “su privado” sin excepción, han esquilmado bien para ellos, bien para sus organizaciones, un país ya de por sí no dotado de unos recursos demasiado abundantes. Y han pasado 35 años de democracia sin que los jueces hayan sabido, podido o querido tomar cartas en el asunto.
Pero amigos, tenemos lo que merecemos. El pueblo, como votante soberano lleva ese mismo tiempo riendo las gracias y justificando en bares los desmanes de los dirigentes de sus partidos. El pueblo ha alimentado esto, le ha parecido normal que se adjudique a dedo, le ha parecido normal que los familiares de su alcalde viviesen del ayuntamiento o del partido, que los fondos de formación los gestionasen los sindicatos, que les llamasen para apuntarse a cursos a los que no asistir para que una u otra institución cobrase.
Y todo esto es cultural. Tan cultural como que sigamos tomándonos a cachondeo que día sí, día también, salgan políticos y políticos con casos de corrupción. Nos lo seguimos tomando a coña, celebrando si el político no es de nuestro partido y justificando y apelando a la presunción de inocencia si es uno de los nuestros… y así nos va.
Ahora, al bar a contarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario