domingo, noviembre 01, 2015

Vaya ensalada para las elecciones.

A prácticamente un mes y medio de las elecciones generales más inciertas de la democracia, la verdad es que el Gobierno ha conseguido, o le ha salido de carambola (apuesto por lo último), que sea tanta la amalgama de temas que están sobre la mesa que va a poder evitar hablar de los temas que realmente importan.

Sobre la mesa y como tema recurrente, un clásico, la unidad de España, ¡qué nos gusta ese tema, a qué sí! Permite sacar toda la artillería verbal, hacer gestos de autoridad al sol, y que el Gobierno se muestre fuerte le favorece.

Unas pocas sandeces de la OMS, Venezuela, las agencias de rating actuando a dictado del Gobierno para dar una ayudita semanal con la amenaza de que si llegan los malos igual se les acaba el chollo, la banca hablando contra Podemos y contra los catalanes, el miedo a la inmigración, refugiados…

Pues todo eso despista. Despista sobre el debate en el que habría que centrarse las próximas seis semanas. Deberíamos centrarnos en saber qué tipo de país queremos. Si queremos que todo siga igual que los ejecutivos del IBEX 35 hayan aumentado sus ingresos a costa de la crisis, de la clases más desfavorecidas trabajadora que cobra 70 veces menos. Si queremos que las grandes empresas sigan pagando menos impuestos que los autónomos… Si queremos servicios públicos o no, si queremos seguir gastando la famosa “hucha de las pensiones” por no subir los impuestos electoralmente… O si queremos seguir encontrándonos miles y miles de profesionales formados españoles trabajando para otras economías.

Vamos, que a mí, si España es de diecisiete, dieciséis, quince o ninguna autonomía me da absolutamente lo mismo, lo importante es el contenido, y ahí estamos muy lejos de ser un país equitativo en lo económico y en lo social y tan lejos de esto, como de que la recuperación de la que habla el Gobierno sea verdad.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué gobierno rectificará la injusticia social de que un ejecutivo cobre 70 veces menos que un obrero? ¿Tal vez el mismo que considere que es igualmente injusto que tú cobres cinco veces más que ese mismo obrero o que la empresa que te paga está tributando proporcionalmente menos que un autónomo? Supongo que tú no votarías a ese partido, como es obvio, porque no vas a reconocer que en el fondo (y en la superficie) esas desigualdades no se fundamentan en una idea de justicia social.

Alfonso Estébanez dijo...

Muchas gracias por tu comentario.
Lo que hay que hacer es no quedarse con el dato puntual sino con el fondo. No es cuestión de 5, 70 o lo que sea. Lo importante es que hay que buscar ser más equitativo. Buscar una desigualdad en la renta mirando a escandinavia no queriendo convertirse en Rapublica Dominicana o México...
Claro que a los que les toca la élite es genial, pero es cortoplacismo, eso no llega a nada, y socialmente es insostenible.
En relación a la empresa que me paga, que es mía, tributa religiosamente su 25% de sociedades como cualquier PYME. Me gustaría que Amancio Ortega pudiese decir lo mismo.
A eso me refiero.

Anónimo dijo...

Gracias a ti por tus artículos. Estamos de acuerdo en que hay que ir al fondo y no a lo puntual: la equidad que mencionas y que tanto deseas en realidad poco tiene que ver con una auténtica la justicia social. Amancio Ortega te argumentaría que su empresa está generendo mayor riqueza, desarrollo, empleo, bienestar, compromiso social, prestigio nacional, etc. que una PYME (la tuya o la que sea) y que tal vez por eso merece -con transparecia o al amparo de subterfugios) el privilegio de tributar menos que una PYME. Tú tal vez consideres que él no paga tan religiosamente como tú y que eso entre otras cosas lo convierte en un aprovechado a costa de la legalidad de otros. Pero la gran mayoría de ciudadanos no son ni grandes ni medianos empresarios. Son (somos) trabajadores, en activo en el mejor de los casos. La equidad en nuestro caso es una ley laboral justa y no la ignominiosa reforma que suscriben el gobierno y la oposición (a estas alturas no está tan claro que el PSOE esté dispuesto a derogar la reforma laboral, tras un penoso debate interno en un sedicente partido de trabajadores) la subida del salario mínimo, una mejora de los convenios colectivos, etc. Eso es lo que socialmente insostenible, que el trabajador en España vea tan menoscabados y tan a peor sus derechos tanto en Zara como una pequeña empresa, más en estas si cabe. Un saludo.