Cada día que nos despertamos con un puñado de malas noticias financieras, en ellas incluyo la de las aparentemente excelentes colocaciones de deuda soberana, donde los bancos a los que todos los ciudadanos europeos les prestamos el dinero al 1%, exigirán el pago de la deuda al muy superior tipo de interés que ofrecen países y mercados… de nuevo el pueblo financiando las neo plusvalías de la banca, mientras los próceres de Europa piensan que darles beneficios a la banca influirá a corto plazo en su conservadora política crediticia, se ha abierto la “barra libre” de goles a la ciudadanía.
El caso es que mientras que pasa todo esto… ya todo cuela, pero todo, todo… Sólo hoy quiero ilustrar esta sensación con dos ejemplos, uno de política pseudo local y otro estatal.
Esta mañana, mientras veíamos como la no-votada alcaldesa de Madrid, y la Presidenta de la Comunidad nos contaban con total frescura que si eres americano y le pides a nuestros gobernantes que relajen la ley de extranjería, que modifiquen la ley laboral y que flexibilicen las tarifas impositivas, ellas dos te dan el sí, públicamente, ahí delante de todo el mundo (Ciudad del Juego de Madrid)… el estupor no corría entre la ciudadanía y he visto y leído noticias que apoyaban la infamia y nadie se sorprende, todo amparado por unos hipotéticos 200.000 puestos de trabajo. ¡Ciudadanos! Que estamos hablando de crear una zona franca, a renunciar a la soberanía, para que un empresario norteamericano presuntamente se enriquezca y ellas dos ahí, diciéndole que será bienvenido.
No nos pueden gobernar golfos, pero mucho menos ingenuos. Todo esto es un timo, un enorme timo, a la altura de la Ciudad Don Quijote, con aeropuerto y todo, el Petromocho astur o la misma ciudad del juego de Los Monegros, que quedó en un puñado de comilonas y otros gobernantes retratados. Pero como no hay mal que por bien no venga es una oportunidad única para que Tomás Gómez salga del ostracismo. Es imprescindible que la izquierda madrileña recuerde cada mañana, cada día, en cada rueda de prensa, el ridículo espantoso que estas dos bellezas intelectuales han hecho ante los ojos del mundo…
Pero no sólo eso, el omnímodo poder que se le ha otorgado a la derecha en las urnas, mitad culpa de la fidelidad a prueba de bomba de la derecha y de la eterna utopía de la izquierda, le permite que entre superreforma y superreforma, se cuelen pequeñas grandes cositas como la modificación de la ley de Costas. Al albor del “Salvemos los chiringuitos” se ha abierto la veda, se ha prometido la modificación de la Ley de Costas socialista, que no busca otra cosa que preservar la costa, nuestro patrimonio, quizá nuestro único salvavidas ya que se deja languidecer el I+D+i. ¡Qué turismo más mal entendido!.
No cerremos los ojos, estemos atentos, éstos son dos claros ejemplos de que aun en la mayor crisis económica que el hombre moderno va a conocer, no debemos estar ciegos del todo, la catarata de la economía no nos debe tapar todo el cristalino.
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