lunes, mayo 04, 2015

Ciudadanos, la jugada maestra.

Me imagino hace media docena de meses, reunida en una mesa la oligarquía económica protegida por el poder establecido en España, preocupada por los porcentajes de voto de PODEMOS que las encuestas esbozaban.

Buscando soluciones la fórmula era clara. “Necesitaremos un partido sin pasado, que nos defienda y siga protegiéndonos, sin alterar el status quo, pero caras nuevas y nuevas siglas. Es una cosa rápida, sólo una legislatura, a lo sumo dos, luego la situación se estancará, los casos de corrupción no serán tan frecuentes y podemos seguir viviendo sin sobresaltos de la alternancia habitual” Y de esa olla de conjuro emergió Albert Rivera y su Ciudadanos.

Desde ese momento, el partido fue fagocitando pequeños partidos políticos municipales y regionales, para convertir un partido catalán en nacional y los poderosos empezaron a hacer alabanzas a la figura y a la idea del partido que Albert traía. El lanzamiento mediático fue una copia acelerada al de PODEMOS, con Berlusconi moviendo los hilos de Mediaset para que el lanzamiento fuese contemporáneo al linchamiento público al partido de Pablo Iglesias.

Las encuestan dicen que el plan está aparentemente funcionando. El voto descontento del PP ya no hay riesgo de que acabe en PODEMOS, está canalizado. Aquellos que ya ven a Pablo Iglesias con cuernos y rabo también tienen una cara nueva a la que votar.

Ciudadanos, al contrario que su precursor y ahora fagocitado UPyD sí tiene ideología, es un recambio liberal para el PP, desgastado por la corrupción masiva… Pero las raíces son similares. Un partido con un odio visceral a la diversidad del estado español y con la peculiaridad de que los derechos de las clases desfavorecidas, la defensa de la clase trabajadora y el cambio del sistema les importa una mierda.

Las elecciones andaluzas les vinieron de perillas Ahora, pueden apoyar a Susana Díaz con su abstención y evitar el desastre de la repetición de las elecciones, para poder luego justificar una política de pactos mucho más escorada a la derecha, diciendo que favorecen la gobernabilidad. Ellos serán el garante del bipartidismo tradicional, con matices, pequeños, de forma mucho más que fondo.

No les va a dar resultado. Esa masa de votantes del PP que aparentan apoyar a Ciudadanos en los sondeos, volverán a la fidelidad legendaria a sus siglas y con la mano en la nariz dejarán su voto al PP que obtendrá mejores resultados de lo que se prevé en las encuestas en tres semanas, y Ciudadanos se desinflará un poco, no mucho, porque estará cumpliendo su labor, para el que fue estratégicamente diseñado.

Al fin y al cabo, Rivera, con 36 años, lleva 9 en cargos políticos ya, desde los 27. Es un profesional de un sistema que no piensa en retocar ni un ápice. Cuando se había atisbado el camino de cómo cambiar las cosas, nos han metido con calzador el recambio, no el cambio, y de momento con éxito.

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