Gracias Rafael.
Es difícil encontrar en la sociedad política un gesto de saber estar similar al que Rafael Simancas ha ofrecido este mediodía a la sociedad madrileña y española. No es menos cierto que pocas son las ocasiones más meridianas para hacer un acto de responsabilidad política como la de dimitir como la que Rafael tenía después de los paupérrimos resultados del pasado día 27 en Madrid. Pero saber dar ese paso no está al alcance de todo el mundo.
No obstante, además de quedarme con el gesto, quiero resaltar las formas. Simancas ya había anunciado el mismo día 27 por la noche su intención de dimitir. Esa bucólica despedida de: “Hasta siempre y lo siento” le delataba. Ahora las plumas insanas ven en la reunión con Zapatero de hoy una pistola en el pecho para solicitarle la dimisión, ya decidida desde hace más de una semana.
Pero aprovechando que el escrito de hoy va a ser breve, y quiero resaltar un par de cosas. La primera es que hoy deja la secretaría del PSM, (Partido Socialista de Madrid) el Secretario General que ha sido capaz de controlar con mayor éxito las diferentes “familias” (y a fe que no me gusta esta denominación) en los últimos años. Deja la primera línea de la política el que fue capaz de obtener unos resultados para la izquierda que le hubieran podido permitir encabezar su propio Gobierno. Un Secretario General que ha cometido errores, algunos de ellos de bulto, (como las listas de candidatos del 2003), pero que se ha ido hoy como un señor.
Estoy seguro que yo no me hubiera ido, si estuviera en la piel de Simancas, de la misma forma, con el mismo “fair play”. Sin una mirada atrás, sin un reproche, sin recordar que a día de hoy sería Presidente de la Comunidad de Madrid, si no hubiera sido por un par de sinvergüenzas que el dinero del poder privado que deseaba un color azul en el Gobierno madrileño compró. Hoy Simancas se ha ido sin una mención a esos dos indeseables...
Desde luego te has ido como un señor. En tiempo y en forma. Ahora somos nosotros los que tenemos que trabajar. Hasta siempre compañero Rafael.
Es difícil encontrar en la sociedad política un gesto de saber estar similar al que Rafael Simancas ha ofrecido este mediodía a la sociedad madrileña y española. No es menos cierto que pocas son las ocasiones más meridianas para hacer un acto de responsabilidad política como la de dimitir como la que Rafael tenía después de los paupérrimos resultados del pasado día 27 en Madrid. Pero saber dar ese paso no está al alcance de todo el mundo.
No obstante, además de quedarme con el gesto, quiero resaltar las formas. Simancas ya había anunciado el mismo día 27 por la noche su intención de dimitir. Esa bucólica despedida de: “Hasta siempre y lo siento” le delataba. Ahora las plumas insanas ven en la reunión con Zapatero de hoy una pistola en el pecho para solicitarle la dimisión, ya decidida desde hace más de una semana.
Pero aprovechando que el escrito de hoy va a ser breve, y quiero resaltar un par de cosas. La primera es que hoy deja la secretaría del PSM, (Partido Socialista de Madrid) el Secretario General que ha sido capaz de controlar con mayor éxito las diferentes “familias” (y a fe que no me gusta esta denominación) en los últimos años. Deja la primera línea de la política el que fue capaz de obtener unos resultados para la izquierda que le hubieran podido permitir encabezar su propio Gobierno. Un Secretario General que ha cometido errores, algunos de ellos de bulto, (como las listas de candidatos del 2003), pero que se ha ido hoy como un señor.
Estoy seguro que yo no me hubiera ido, si estuviera en la piel de Simancas, de la misma forma, con el mismo “fair play”. Sin una mirada atrás, sin un reproche, sin recordar que a día de hoy sería Presidente de la Comunidad de Madrid, si no hubiera sido por un par de sinvergüenzas que el dinero del poder privado que deseaba un color azul en el Gobierno madrileño compró. Hoy Simancas se ha ido sin una mención a esos dos indeseables...
Desde luego te has ido como un señor. En tiempo y en forma. Ahora somos nosotros los que tenemos que trabajar. Hasta siempre compañero Rafael.
1 comentario:
Al repasar las entradas de tu blog, veo que este comentario no ha suscitado aún ninguna reflexión de tus lectores, y quiero aprovechar para dejar testimonio que Rafael Simancas me parece un ejemplo de político serio y honesto.
Es una lástima que las tensiones internas en el PSOE de Madrid hayan dejado en el camino (espero que no de forma definitiva) a un hombre cabal. No tiene la dentellada que se estila hoy en los foros políticos, pero tiene la capacidad de entrega y la honradez que cabría exigir a todos los que han elegido como profesión el digno oficio de servir a su comunidad.
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