Calle 30, Madrid e Ingeniería. (Dejando de lado la crisis)
Peligroso cóctel ese que combina estos tres elementos, desde dentro del gremio al menos eso parece.
Al hilo de la granizada que nos azotó hace un par de semanas, en la capital del Reino, que causó la inundación de uno de los túneles, D. Manuel Melis (responsable máximo del soterramiento de Calle 30), en una carta enviada al diario El País critica la forma en que se están ejecutando los trabajos de Madrid Río, presuntos causantes del desaguisado.
Estas obras, de escasa brillantez, provocaron unas goteras inmensas que inundaron el tunel. Según Don Manuel Melis, “Lo que no se puede hacer es [...] para poner un jardín encima, hacer enormes agujeros en el techo de los túneles por donde circulan los coches”. Esta frase, que bien podría suscribir cualquier niño de primaria se convierte en una frase llena de sentido cuando la pronuncia uno de los ingenieros más brillantes que ha dado España en los últimos años.
En Madrid, últimamente parece que en esto de la ingeniería vale todo, o al menos casi todo. Hasta ahora, en los últimos años con esos plazos tan apretados, en Metros y Calle 30 (en eso sí que disiento del Profesor Melis), el talento de los ingenieros y en algunos casos la misma Providencia ha acompañado las obras que se han ido ejecutando. “El todo vale” siempre que no estorbe en el plazo y no sea excesivamente arriesgado se ha instalado, no sólo en las obras de entidad sino en diseños como el de Madrid Río, de segunda fila. De ahí pequeños grandes desastres como el de la última inundación de la M-30.
Las obras civiles sí tienen sus plazos y sus correctas formas de ejecución. La profesión está empeorando y estas pinceladas no son más que la punta del iceberg. En Madrid, llevados por el dinero fácil (de eso podemos hablar otro día) y la inercia de plazos endemoniados pasados se arrastra un modo de actuar al menos peligroso.
Conducir desde la losa de cubierta hacia el interior del túnel, conductos de drenaje a modo de aliviaderos, no es la mejor solución ingenieril para el drenaje del Gran Parque Madrid Río, eso lo sé yo, lo dice un sabio y podría asegurarlo hasta quien asó la manteca, ¿a quien se le habrá escapado?
Nunca lo sabremos.
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