¿Nucleares?
Ya que ahora a nuestro Gobierno le da por abrir melones político teóricos como inicio de temporada, quiero yo tocar éste que tiene además tientes económicos.
Parece mentira que aun en plano siglo XXI no seamos capaces de desmitificar el debate de las centrales nucleares. Si queremos hacer algo de autocrítica, es más un problema de la izquierda que de la derecha, eso de saber si las centrales nucleares nos convienen o no.
A pesar de esta última reflexión, creo que la sociedad española está muy mediatizada y en su conjunto en contra de las centrales nucleares. A esto se le suma también la gran dificultad de vencer las reticencias locales, comarcales, provinciales y autonómicas que si bien ponen pegas a la instalación de una cárcel en sus terrenos, qué no harían si se anuncia la instalación de una hipotética central nuclear.
Pero volviendo al debate inicial, al de fondo, es necesario recordar, sobre todo ahora en tiempos de crisis, que la independencia energética es vital para mantener una buena salud a largo plazo de un país. En nuestro caso, dado que no estamos en las orillas del mar Negro, y que desde mi punto de vista la instalación de molinos de viento y de cultivos de paneles solares no son más que parches contra los que los ecologistas deberían luchar con más ahínco que contra lo nuclear, la única solución viable, razonable y a largo plazo es la energía nuclear.
Pero no sólo por el bien energético y económico que produce sino por el gasto en investigación y desarrollo que lleva aparejado, eso sí que potencia y desarrolla una comarca. Lo más grave, es que si seguimos con la postura de la moratoria nuclear, que por si no se han dado cuenta, tampoco la oposición tiene agallas para poner en juego, estamos jugando en otra categoría, en una segunda división energética, donde los países que tienen el petróleo en sus manos (a modo de talento natural) y los que han apostado fuerte por la energía nuclear (porque están ahí a golpe de talonario) nos cierran el paso, a los que jugamos con baratos, ecológicos y modestos medios de creación de energía.
La producción de energía nuclear tiene una serie de ventajas y desventajas bien conocidas. Se conoce que su emisión, es mucho menos nocivo en lo qua emisiones a la atmósfera se refiere que el consumo de combustibles fósiles, que al menos por ahora es inagotable, y que se encuentra en manos de todos, sea cual sea el país que deseé explotarla. Obviamente, y sería necio negarlo que nos consta también que aún no se ha encontrado un modo inocuo de deshacerse de los residuos que produce la fisión nuclear, y que los agujeros de seguridad en las centrales deben ser exhaustivamente controlados para evitar accidentes de funestas consecuencias.
Algunos creen que este debate se encuentra apagado de manera artificial por las compañías eléctricas, y que existen grupos de poder económico no interesados en la creación de estas centrales, por estirar los beneficios que las actuales fuentes de energía ahora reparten. Puede ser, pero ¿es eso lo inteligente?.
Yo no lo creo. Personalmente, siempre he apostado que para ser un país de primera línea hay que jugar todas las cartas, y en el poker energético, los ases es la energía nuclear... no deberían dejarse en la caja.
2 comentarios:
Alfonso, valiente exposición. Aunque el debate da para mucho. Elogio la libertad de expresión. Ahí queda.
Muchas gracias Antonio, pero leo entre lineas que no estás muy de acuerdo, ¿me equivoco?
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