miércoles, mayo 25, 2011

Niego el fin de la socialdemocracia.

Mientras corrientes catastrofistas vienen y van por todos los lados, desde periodistas afines, hasta candidatos que quieren justificar su fracaso, hablando de que el discurso está muerto, que hay que refundarlo, que hay que replantearse ideológicamente el partido, me vais a permitir mi terquedad, pero lo niego, me niego.

Me niego a creer que el pensamiento socialdemócrata esté muerto, me niego a creer que lo hayan matado los mercados, me niego a creer que el equilibrio económico y la coexistencia justa de la propiedad privada y del reparto de la riqueza esté en la UVI, no lo creo. Y me niego a que iluminados y fracasados me lo quieran hacer creer.

Dicen que después del domingo hay que replantarse el discurso y ver por dónde tiene que ir el socialismo en España: pero se equivocan, el socialismo en España está obligado a volver al pasado 12 de Mayo de 2010.

Ese es el punto de restauración del sistema, la fatídica noche cuando Europa nos exigió unas medidas anti socialistas. Ese punto en el llevábamos 6 años de política volcada en los más desfavorecidos, preocupados por el bienestar social, por el aumento de las pensiones más bajas, de las subidas constantes del salario mínimo interprofesional, el punto de los 400 euros de ayuda al desempleado que finalizaba la prestación, valiente con las distintas identidades que conforman este país, preocupados por el medio ambiente y atrevidos, a la vez que firmes, en la lucha contra ETA. Ese es el punto. Y el día siguiente de volver a ese punto hay que empezar a estudiar cómo encajar esto en la política capitalista atroz, de dónde sacar ese dinero para no olvidar a los no favorecidos.

Y explicar por qué se tomaron esas medidas, explicar pormenorizadamente los requisitos que nos exigió Europa, sin eximir ni una de las culpas propias. Afirmando el pasado se construye el futuro.

Así que el próximo aspirante a Presidente del Gobierno por el PSOE, debe coger este coctel y ponerle su toque de sabor y frescura. Éste es el camino y nada de derrotismos y mucho menos, nada de exterminio ideológico, la socialdemocracia vive.

Niego su muerte.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Con repasar un poco la historia basta para saber que el socialismo funciona hasta que se acaba el dinero de los demás.