Han estado todos estos días recordando literalmente el primer slogan convocante “ocupar el congreso”, agarrándose a este clavo ardiendo como la razón para comparar la manifestación de esta tarde con un golpe de estado.
¡Qué demagógico! ¡Qué falaz! Estos días tanto la señora Cospedal como la Delegada del Gobierno en Madrid, volvían a agitar este fantasma, junto al de la presencia de grupos nacis para disuadir a la ciudadanía convocada de su presencia en la concentración.
Es una vergüenza y no es más que la demostración de su propia debilidad.
Esta tarde había que estar ahí. Había que mandar una imagen a los políticos y a Europa de que no se puede pasar por encima de la ciudadanía. Mirad el ejemplo de Portugal que va a revisar los recortes por la presión popular.
Pero me temo que la manifestación no ha sido un rotundo éxito y sí más un rotundo ruido. Es imprescindible movilizarse, ocupar las calles o lo que sea y hacer ver a los políticos que no nos gusta que Europa nos ponga un yugo para cumplir políticas económicas incumplibles. Tenemos que asumir el protagonismo, y tenemos que pararle los pies a la austeridad, a los recortes y a la política europea a favor de los poderosos y los bancos.
Contra el pueblo han movilizado 1.400 policías y han bloqueado de un modo desmesurado el centro de Madrid, con un blindaje del Congreso impropio y ridículo.
Hemos gastado una bala a medias, pero lo peor es que los mandatarios se han quedado con lo superficial.
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