Dos días, dos días han pasado desde que se votó en España para Europa. Dos días y son infinidad los palos de todo tipo y condición que le han caído a Pablo Iglesias desde sitios por doquier.
Supongo que será el pánico de la derecha, del poder establecido y del sistema en general que ante unos resultados absolutamente sorprendentes, producto de un discurso y de unas ideas que es lo que realmente la sociedad desea les hace ponerse en guardia, a ver si este movimiento va a seguir creciendo.
Ya le tacharon de iluso, de ideólogo bolivariano, de pro-etarra, de haber rodeado la casa del imbécil de Floriano, y si os digo la verdad, da gusto ver cómo ha creado incomodidad.
No voté a Podemos, aunque por ideología y programa no están nada lejos de mí, pero creo que no es buena la atomización del voto de la izquierda, quizá no tanto en unas elecciones con circunscripción única, pero es dañino a largo plazo, cuando en la derecha no pasa. Léase el espectacular resultado de VOX.
Aun así admito que suena a música celestial. La recuperación de derechos laborales y sociales, el cuestionarse si el ultra capitalismo de los mercados que nos rige es el mejor sistema, la búsqueda de la dignidad como ciudadano y sobre todo el discurso de disconformidad con unos resultados espectaculares, porque el objetivo era ganar.
Queda mucho para las elecciones generales, cerca de un año y medio, pero el ejemplo de Syriza quizá haya llegado a España. Mientras tanto habrá que taparse, Pablo, que te van a caer desde todos los sitios. El análisis electoral mañana, que esto merecía un pequeño homenaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario