No hay nada más emocionante que vivir algo histórico. Una jornada de esas que se recordarán por tiempo . Creo que la de ayer fue una de esas.
Europa no sabe hacia donde camina, lleva tiempo sin saberlo. No sabe si tiene que ser rival o aliado económico de Estados Unidos, no sabe si tiene que seguir anexionando países o soltándolos y sobre todo, no sabe qué tiene que hacer con ella misma.
Europa está perdida porque tiene el alma entregada a garantizar las inversiones y los réditos de sus sistemas bancarios de proteger a sus empresas energéticas y de asegurar los riesgos de esta oligarquía económica, aunque sea pasando por encima de sus propios ciudadanos.
Por eso para ellos Grecia es un problema. Es un problema porque Grecia, ha dado una respuesta diferente que el bajar la cabeza y seguir con el yugo por décadas… Ha decidido ponerse en manos de un Gobierno que le prometió algo diferente, algo que no fuese seguir igual.
En esto Tsipras, no muy seguro de cómo estaba negociando con Europa, y sin saber cual era el grado de aceptación de la situación por su ciudadanía, convoca un referéndum a modo de cuestión de confianza. Quería saber cuánto estaban sus políticas respaldadas por su pueblo, quería saber si debía irse, (seis meses después de ganar las elecciones) o seguir por el camino trazado de buscar un acuerdo diferente que deje a los griegos respirar.
El resultado fue sorprendente. Un amplio respaldo, un 61% de la población que tras 10 días de bombardeos mediáticos de medios privados, enemigos de Syriza, de 10 días de mensajes amenazantes de los que mandan en la política financiera europea, y de sus palmeros testimoniales, (véase miembros varios del Gobierno de Rajoy) han decidido dar careta blanca a Tsipras para seguir luchando. Toda una sorpresa.
Ahora, para colaborar en la negociación y para demostrar que ese no era el problema, Varoufakis se inmola y deja de ser ministro. Queda mucha partida por jugar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario