Opinar sobre los ministros.

La escasez post electoral de noticias políticas reseñables, fuera de los Juegos de Pekín y las “movidillas” en la derecha buscando poder, hace que lo que es meramente un formulismo propio de un inicio de legislatura, la elección de ministros, se convierta en asunto de Estado, llenando portadas, editoriales y numerosos artículos.

No quiero ser menos y voy a dar una breve misión. Echando un vistazo a la lista, pueden sacarse varias conclusiones. La primera es el núcleo de intocables. Esa serie de Ministros que no han variado durante la legislatura y que se mantienen ahora para la segunda parte del partido. En este grupo están algunos ministros con actuaciones muy controvertidas, Magdalena Álvarez, Moratinos, Solbes y las Elenas, (Salgado y Espinosa).

En posición intermedia, están aquellos que no empezaron la legislatura, que se incorporaron en las distintas “crisis de Gobierno”, (mira que no me gusta nada el término de marras) y que continúan ahora. Perez Rubalcaba, (para regocijo de la derecha mediática), Fernández Bermejo, Carmen Chacón, Cesar Antonio Molina, Mercedes Cabrera y Bernat Soria. Destaco de este grupo dos cosillas, la primera el hecho llamativo de que el Ejército tenga por primera vez como responsable a una mujer, (Carmen Chacón) y que el nombramiento de Bernat Soria al final de la legislatura no haya sido un brindis al sol y que tenga la oportunidad de desarrollar las ambiciosas propuestas que se han realizado en Sanidad.

Por último, los nuevos, los últimos fichajes, como se decía en las colecciones de cromos. Los Miguel Sebastián, Celestino Corbacho, Bibiana Aido, Cristina Garmendia y Beatriz Corredor. Destacan que salvo uno, son personas de poco conocimiento para el gran público. Creo que se busca en esto de los ministeriables un vivero de creación de figuras políticas de mayor nivel, a partir de cargos medios o locales. Del mismo modo es de notar la presencia de Miguel Sebastián, por los servicios prestados en las duras y humillantes elecciones a alcalde de Madrid.

Sólo que tengan suerte, y como se le desea a los porteros, que no paren lo imparable, pero que no se metan lo que va fuera. ¿Verdad Abondancieri? ¿Verdad Valdés?.