martes, agosto 12, 2008

Tiempo de Olimpiada.

La Olimpíada era, originariamente, en la antigua Grecia, el periodo de cuatro años que transcurría entre cada edición de los Juegos Olímpicos. Como muchas cosas que se adoptan desde la antigüedad, al final ha perdido su verdadera acepción y ahora se denomina así a los Juegos en sí, como bien todos sabéis.

Como periodo de tiempo, el cuatro, los cuatro años son desde luego uno de los periodos más comúnmente adoptados, para el análisis, la reflexión o el cambio. Esto también viene dado desde la antigüedad, de hecho era tal que durante los Juegos las guerras entre pueblos se paraban, mitad para que los guerreros de dichos países participasen en los eventos, mitad para que un pequeño periodo de reflexión, ayudase a dulcificar la situación. Como veis eso ya se ha perdido.

Durante estos días estamos asistiendo, con la habitual impavidez internacional, al conflicto entre Rusia y Georgia. Al contrario que antes, el mundo pone sus ojos mediáticos en los Juegos, que no son más que una gran feria de muestras publicitaria, con los mejores deportistas del mundo como excusa, en vez de estar focalizar la atención en lo extraño, al menos para occidente, de este conflicto.

Pero a Rusia, potencial y presunta culpable de la falta de paciencia que desencadenó la guerra, ya otros les han enseñado los caminos, de hecho, éstos que ha tomado para la declaración de guerra son los dos más de moda en el hit parade de los conflictos internacionales. El genocidio en tierras de Osetia y el querer derrocar al presidente pro-occidental. ¿No os suena? ¿No es la misma cantinela que ha llevado al desarrollado occidente a emprender sus últimas y más bochornosas campañas militares?

Lo más curioso del asunto es que como garante de la paz y del buen hacer internacional, las declaraciones que más se han asomado a la luz pública entre tanto fuego artificial chino y olímpico, son las de George Bush, anunciando que esta campaña rusa no debe quedar impune (duro, ¿eh?). Curioso, muy curioso, con esto casi podría volver a titular el escrito igual que el anterior, con la salvedad de que habría que ponerlo en inglés por ser tema internacional.

Poco más hay que decir. Si el que guarda el corral es el zorro... apañados vamos. Al menos este zorro ha decidido hablar en vacaciones, ¿se sabe algo de nuestro Gobierno? ¿nuestra postura oficial? ¿La UE? ¿Sarkozy? ¿Ronaldinho? ¿Alguien puede decir algo?

No sé, triste fin de olimpiada. Esperemos que la siguiente sea mejor, más próspera para la humanidad, algo encallada entre la sinrazón y la no evolución. Me uno en lo personal al deseo, todo tendrá que desencallar. Aunque suene a friqui por lo inusual: ¡Feliz Nueva Olimpiada!

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