El túnel del Regajal.
(Noticia recolpilada este fin de semana.)
(Noticia recolpilada este fin de semana.)
Uno de los túneles por los que pasará la alta velocidad entre Madrid y Valencia se desprendió el martes y sepultó 15 camiones de gran tonelaje. No hubo heridos porque los trabajadores salieron en cuanto el armazón empezó a temblar. Ni el Ministerio de Fomento ni el Adif han informado al respecto, ni siquiera a la Guardia Civil. No es obligatorio si no hay heridos y el tráfico no se ve afectado, pero sí la práctica común.El terreno cedió a lo largo de unos 40 metros del túnel de El Regajal (de dos kilómetros) entre Aranjuez (Madrid) y Ontígola (Toledo) en la línea del AVE a Valencia, cuya perforación concluyó el 17 de noviembre.
Las cimbras -armazón- empezaron a temblar y los trabajadores salieron disparados del túnel porque ya se sabe lo que es eso. Al momento se vino la tierra encima, no dio tiempo a sacar la maquinaria. Gracias a la rapidez no hubo heridos. No sabemos nada más».
El terreno cedió a lo largo de unos 40 metros del túnel de El Regajal (2.080 metros de longitud) entre Aranjuez (Madrid) y Ontígola (Toledo) en la línea del AVE a Valencia, cuya excavación concluyó el pasado 17 de noviembre.
El tramo entre esas dos poblaciones (4,7 Km) en el que está incluido el citado subterráneo cuesta 113,8 millones de euros, el coste por kilómetro más elevado de todo el trazado de esta línea de alta velocidad. El derrumbe se produjo a unos veinte metros del acceso a la boca de Aranjuez (boca 1), tal y como pudo comprobar este periódico «in situ». Sepultados por la tierra y el desplome del armazón quedaron un par de camiones, un par de grúas y varias máquinas que estaban en el interior, dado que ya había comenzado el hormigonado.
Cinco días después el Ministerio de Fomento sigue ocultando este hundimiento. Ni siquiera la Guardia Civil tiene constancia de lo sucedido. No es obligatorio que se comunique a los agentes si no hay heridos ni afectación de tráfico porque existe un perímetro de circulación sólo de obras, pero sí habitual cuando ocurren esta clase de incidencias.
A los trabajadores se les ha prohibido la entrada a la excavación como medida de seguridad y una malla metálica, además de unos pivotes de señalización, impiden el paso. «Nadie nos ha dicho cuándo vamos a empezar a sacar tierra, así que queda esperar. No se ha tocado nada desde el martes». A la mayoría de los operarios pertenecientes a varias empresas -la concesión del tramo es de Acciona- los han mandado a la otra punta del túnel, a dos kilómetros, donde sí se aprecia una actividad incesante; en la zona afectada sólo queda un pequeño retén. Uno de los encargados de la obra de la boca de Ontígola se negó a ofrecer su versión de lo ocurrido y alegó que se trata de una propiedad privada en la que está prohibido el paso.
Esta misma semana, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, habría estado en el lugar del derrumbe junto al presidente de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias).
El hundimiento se produce tres semanas después de que Adif, entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento, recogiera en nota de prensa que había finalizado la perforación del túnel. «El cale de El Regajal representa uno de los hitos principales en el camino hacia la conexión de Madrid con Cuenca, Albacete y Valencia en 2010 debido a la complejidad de su ejecución», rezaba la información.
Las cimbras -armazón- empezaron a temblar y los trabajadores salieron disparados del túnel porque ya se sabe lo que es eso. Al momento se vino la tierra encima, no dio tiempo a sacar la maquinaria. Gracias a la rapidez no hubo heridos. No sabemos nada más».
El terreno cedió a lo largo de unos 40 metros del túnel de El Regajal (2.080 metros de longitud) entre Aranjuez (Madrid) y Ontígola (Toledo) en la línea del AVE a Valencia, cuya excavación concluyó el pasado 17 de noviembre.
El tramo entre esas dos poblaciones (4,7 Km) en el que está incluido el citado subterráneo cuesta 113,8 millones de euros, el coste por kilómetro más elevado de todo el trazado de esta línea de alta velocidad. El derrumbe se produjo a unos veinte metros del acceso a la boca de Aranjuez (boca 1), tal y como pudo comprobar este periódico «in situ». Sepultados por la tierra y el desplome del armazón quedaron un par de camiones, un par de grúas y varias máquinas que estaban en el interior, dado que ya había comenzado el hormigonado.
Cinco días después el Ministerio de Fomento sigue ocultando este hundimiento. Ni siquiera la Guardia Civil tiene constancia de lo sucedido. No es obligatorio que se comunique a los agentes si no hay heridos ni afectación de tráfico porque existe un perímetro de circulación sólo de obras, pero sí habitual cuando ocurren esta clase de incidencias.
A los trabajadores se les ha prohibido la entrada a la excavación como medida de seguridad y una malla metálica, además de unos pivotes de señalización, impiden el paso. «Nadie nos ha dicho cuándo vamos a empezar a sacar tierra, así que queda esperar. No se ha tocado nada desde el martes». A la mayoría de los operarios pertenecientes a varias empresas -la concesión del tramo es de Acciona- los han mandado a la otra punta del túnel, a dos kilómetros, donde sí se aprecia una actividad incesante; en la zona afectada sólo queda un pequeño retén. Uno de los encargados de la obra de la boca de Ontígola se negó a ofrecer su versión de lo ocurrido y alegó que se trata de una propiedad privada en la que está prohibido el paso.
Esta misma semana, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, habría estado en el lugar del derrumbe junto al presidente de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias).
El hundimiento se produce tres semanas después de que Adif, entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento, recogiera en nota de prensa que había finalizado la perforación del túnel. «El cale de El Regajal representa uno de los hitos principales en el camino hacia la conexión de Madrid con Cuenca, Albacete y Valencia en 2010 debido a la complejidad de su ejecución», rezaba la información.
De planta curva y apto para doble vía, tiene 2.080 metros de longitud, en los que se incluyen dos túneles artificiales de 23 metros y 334 metros en los emboquilles noroeste y sureste, respectivamente. Discurre por el conocido como Mar de Ontígola, un humedal situado en la Reserva Natural de El Regajal (Toledo). La excepcional importancia de la flora y la fauna de este paraje condicionó el trazado. El túnel se diseñó para proteger a una mariposa nocturna endémica de la zona, la «hormiguera oscura», en peligro de extinción.
Esta mariposa deposita sus huevos en las cabezuelas de un arbusto llamado pimpinela mayor, que también había que proteger. El tipo de terreno es complicado desde el punto de vista geológico y geotécnico. La excavación del túnel se ha llevado a cabo mediante rozadora, salvo en los terrenos más fáciles como los de arcilla donde se han utilizado retroexcavadora y martillo hidráulico.
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