martes, marzo 10, 2009

Gallardón, no regales el patrimonio municipal.

Ayer se votó en el pleno del Ayuntamiento de Madrid la modificación urbanística de la zona de la cornisa de San Francisco, en esta nueva normativa municipal el papel protagonista se lo lleva la recalificación de la zona de Las Vistillas que se regalan de manera infame e impune a la Iglesia católica.

Parece ser que la Conferencia Episcopal, llevaba tras la construcción de una “Ciudad de la Iglesia” hace ya años y esta es la certificación oficial de dichas intenciones.

También parece ser que la tradicional humildad de la Conferencia Episcopal les ha llevado a desear con anhelo el construir este complejo en un lugar céntrico de la capital, entre el seminario y la catedral de Madrid.

A los que leáis esto y no conozcáis la capital podemos decir que son unos 25.000 metros cuadrados en uno de los lugares más emblemáticos de Madrid. Una zona de lo más noble y tradicional de Madrid.

Este último impulso al albor de la presidencia de Rouco Valera es la guinda de unas negociaciones de casi más de dos décadas.

Lo peor de todo este escándalo, porque es un escándalo, es que la megaciudad de la Iglesia amenaza con destrozar uno de los parques más tradicionales y famosos de la Villa de Madrid el de las Vistillas.

En plena crisis, mucho más acuciante para Madrid y su Comunidad, la Alcaldía propone ceder, regalar, un puñado de terreno que valdría millones de euros. Nada de permutar parcelas de los suburbios o de zonas periféricas del municipio. Los terrenos van donde de Rouco le sale del anillo.

Según Público, la coordinadora general de Urbanismo del Ayuntamiento, Beatriz Lobón, aseguró por su parte que "la fachada histórica de Madrid", como está considerado este espacio, "no se tapará por el hormigón", puesto que los edificios proyectados "estarán semienterrados" y sus cubiertas "tendrán que estar ajardinadas para dar continuidad a las zonas verdes". Increíble, edificios semienterrados, os insto a observar el final del atropello… a ver cuánto de enterrados estarán estos edificios. Habría que dejar de dejarse engañar y habría que exigir penalmente que los políticos no puedan de manera impune decir tales estulticias.

Supongo que Alberto busca aplacar las cruces que le lanza cada mañana Federico con los “regalitos” a sus jefes. No es mala táctica, si no fuese porque esta bendición de imagen está perpetrada a costa del patrimonio de todos los madrileños.

¡Venga! Manga ancha para el “moderado” de Alberto.

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