Y no me pienso dejar.
Me aburro en dos mitades, por un lado con todo el tema de los sobres, de Bárcenas, de los confetis, de todo eso… Además me aburre que cuando pones un medio de comunicación, cualquiera ya sé qué van a decir. Sólo porque si en mi último post hablaba de lo de la casta de los políticos ahora descubro la casta de tertulianos; encasillados, amamantados por los representantes de las ideas que defienden, y previsibles. ¡Bendito Ramoncín!
Por eso no voy a dedicarle ni un ratín más, ni una letra a todo eso de los sobres, de la teórica regeneración democrática, del “y tú más”.
Pero sobre todo, y es lo que más me aburre, no quiero sustituir ese tiempo al “plañiderismo” en el que los medios de comunicación nos quieren sumir. Parece ser que hasta hace un rato nadie sabía de los desahucios, nadie sabía nada de los negocios que se cerraban, nadie de los empleos que se terminan…. Ahora empiezo a estar harto de que los medios de comunicación nos quieran meter por los ojos reportajes sensibleros y facilones donde nos enseñen talleres vacíos, o multitud de locales comerciales que se alquilan o se venden…
Y la me aburre y me harta porque me hunde, nos hunde y nos instala en una autocompasión que no colabora nada a salir de todo esto.
No me gustaría que acabásemos regocijándonos en el dolor ajeno, y apagar la radio o la tele con una sensación de alivio de… “virgencita que me quede como estoy”.
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