Quizá sea algo que puede pasar desapercibido. Quizá sea algo que puede parecer menos importante que las mil cosas que están pasando, como esa en la que un Ministerio de Hacienda hace una amnistía ad hoc para un ex tesorero de su propio partido o como esa por la que la Ministra de Sanidad no haya dimitido aun cuando se ha publicado que los corruptos de la Gürtel le pagaban hasta los cumpleaños de sus hijos, pero me gustaría tocarla como una primera aproximación a todo este fangal en el que se ha convertido la política española.
Dentro de todos esos casos de escándalos, me sorprende sobre manera una cosa, que a la sociedad civil no le consta, como tan de moda está decir.
El año pasado, pasé unos cuantos meses en la India, y allí, aunque según dicen ellos, están abolidas desde los 80, aun se mantiene la sociedad de castas, que ellos entienden, asumen y comprenden, lo cual les baja la libido revolucionaria y les mete en su papel de por vida.
Lo mismo pasa aquí en España con esto de los políticos. No os chirría eso de que de repente cuando salen nombres de políticos, o de diputados, o de imputados aparecen familias completas, apellidos que se repiten… curioso, ¿no?
De repente hablando el otro día del Tribunal de Cuentas aparece el nombre de un tal Manuel Aznar López, hermano de un ex presidente. Resulta que la ya citada próxima ex ministra de Sanidad es la mujer del ex alcalde de Pozuelo, cosa que le vale para escurrir el bulto de a quien le regalaban los Correa, luego un concejal de Madrid, imputado también por el funesto Madrid Arena resulta que es hermano del Ministro de Economía. O las noticias del hijo de Gallardón y su gabinete de abogados que consigue el indulto exprés de un conductor kamikaze.
Pues eso, que eso de la política, gracias a nuestro conformismo y a nuestro borreguismo es un coto cerrado y en cada una de las elecciones se premia ese asqueroso e inalcanzable, sistema de castas políticas.
Esa misma gente que nos repite cada dato de desempleo que se hace público que cada día se reduce el desempleo a menor ritmo, sin caer en que CADA DÍA HAY MENOS GENTE TRABAJANDO y eso impide que se pueda mantener el ritmo del aumento de desempleo, es materialmente imposible, no un logro de la reforma laboral más anti clase trabajadora de las conocidas.
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