Las primarias del PSM en Madrid no deberían ser importantes. De hecho el discurso, el programa, la necesidad de aportar ideas nuevas, progresistas, de depurar el sistema de Gürtels, de parar la privatización de la sanidad, de la educación y quitar la venda a miles y miles de madrileños, debería ser lo mismo gane quien gane.
Pero no es así y hemos, habéis, han convertido este ejercicio democrático del domingo en una lucha entre el rebelde e insensato Tomás contra la adorable Trini, de un modo periodísticamente divertido incluso interesante.
Luego hay un lado un tanto oscuro, el que convierte la contienda en una lucha de poder dentro de cada agrupación municipal, en una demostración de la capacidad de cada grupo, de cada líder que se ha alineado a uno u otro bando sin otra consideración que la muestra de su potencial de cara a las próximas elecciones. Así es la política interna entre partidos.
Pero quiero dejar todo esto al margen. Debo decir, aclarar, que estoy absolutamente al margen de cualquier lucha de poder, es la venia que da la independencia política, y con ella en la mano me decanto claramente por Tomás.
Obviamente no tengo razones ideológicas, porque entiendo que Trinidad es tan progresista como Tomás, pero me baso en lo que creo que es lo mejor para el partido. Parto de una visión pesimista que alegrará a mis lectores conservadores y es que creo que la sociedad madrileña no se encuentra tan desintoxicada como para estar en disposición de quitarle la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre, y en esa premisa en la que hasta el sinsentido de UPyD es capaz de sacar parlamentarios estas elecciones, no cabe otra que votar el domingo de cara a forjar un líder a medio plazo y si todo va como deseo, esta campaña de las primarias ha valido para darle a Tomás un trampolín mediático que le llevará al gobierno de la Comunidad antes o después.
Pero no sólo eso, sino que como he comentado en otros artículos anteriores, hay que poner en valor el trabajo, la constancia y el compromiso y eso, en los últimos tres años, lo encarna Tomás. Con más sombras que luces y seguro que sin el brillo mediático imprescindible para un líder político, pero en el trabajo constante y en una sociedad hostil ha trabajado. Dejó su feudo y afrontó el liderazgo del partido en Madrid según se le solicitó desde el mismo sitio desde donde ahora le arrebatan la posibilidad de ejercerlo. Eso hay que valorarlo.
De todos modos, creo que a pesar de todo, la lucha que termina el domingo ha sido limpia, ha sido legal, no ha hecho daño al partido y es un sano ejercicio dentro de un partido como el socialista madrileño, por ello debemos felicitarnos. Que gane no el mejor, sino el que la militancia quiera. El lunes estaremos todos juntos, unidos para recuperar la insensata Madrid para la izquierda.
1 comentario:
Alfonso, eres un paquete!
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