La razón de ser de la descentralización.
Quería hacer este alegato explicando mi punto de vista del proceso de descentralización que lleva a cabo España desde el 20 de Noviembre de 1.975 y que actualmente se encuentra dando un paso más, que a veces parece de gigante por el tremendismo de los altavoces de la derecha. Pero al hilo del nuevo Estatuto que se está gestando en Asturies, no me queda más que contestar a los defectos de la descentralización.
A mí, y el que ha compartido conmigo alguna conversación al respecto no tiene dudas, me encantan los nacionalismos periféricos. Y por periféricos no sólo me refiero a los de las Comunidades de la costa, sino al que no es centralista, ni nacionalista español. Defiendo a ultranza que se trate de preservar la lengua y la cultura propia en un momento en el que se sufre el tsunami de la globalización y digo más, también defiendo el multilingüismo como parte del bagaje cultural. Entiendo que para otros esto se vea como un monstruo ingobernable, debido a que esta situación está distorsionada por los medios centralistas, sobre todo en la capital del reino.
Muchos están pensando que esto de la cultura y la lengua debe estar fuera de la pelea estatutaria, que se una batalla menor, pero es algo muy importante. Me parece un pilar más sobre el que estructurar cualquier texto estatutario asturiano o no. De hecho hay cuatro pilares: la cultura y la lengua, la garantía del estado de bienestar, el desarrollo infraestructural y la cohesión económica territorial.
Sobre estos cuatro pilares cuelga toda la estructura estatutaria y dentro de la arquitectura, de lo ornamental, aquí en Asturies, debe colocarse la reindustrialización, la correcta política medioambiental y el extracto mñas completo posible del resto de estatutos previos, que garanticen el mayor autogobierno combinado del apoyo a la política de cohesión estatal y europea, en la que a día de hoy sin duda la región sale favorecida.
La política supranacional que marca Europa es el ejemplo en el que ha de mirarse España. Libertad vigilada a los estados miembros y eliminación de desigualdades económicas y sociales. El hasta ahora relativo éxito europeo se basa en la carencia de miedo a la descentralización y a la búsqueda de la solución de los problemas en entidades cercanas que preservan el bienestar ciudadano y la cultura propia...
Un ejemplo tan cercano, que es el que ha de imitarse, los problemas de las dos velocidades, de los distintos objetivos inmediatos, al igual que la descentralización española. Pero frente a ello las redes supranacionales de transporte, la completísima normativa europea en todos los campos y los fondos de cohesión.
En la balanza, no me cabe duda, gana la descentralización.
Quería hacer este alegato explicando mi punto de vista del proceso de descentralización que lleva a cabo España desde el 20 de Noviembre de 1.975 y que actualmente se encuentra dando un paso más, que a veces parece de gigante por el tremendismo de los altavoces de la derecha. Pero al hilo del nuevo Estatuto que se está gestando en Asturies, no me queda más que contestar a los defectos de la descentralización.
A mí, y el que ha compartido conmigo alguna conversación al respecto no tiene dudas, me encantan los nacionalismos periféricos. Y por periféricos no sólo me refiero a los de las Comunidades de la costa, sino al que no es centralista, ni nacionalista español. Defiendo a ultranza que se trate de preservar la lengua y la cultura propia en un momento en el que se sufre el tsunami de la globalización y digo más, también defiendo el multilingüismo como parte del bagaje cultural. Entiendo que para otros esto se vea como un monstruo ingobernable, debido a que esta situación está distorsionada por los medios centralistas, sobre todo en la capital del reino.
Muchos están pensando que esto de la cultura y la lengua debe estar fuera de la pelea estatutaria, que se una batalla menor, pero es algo muy importante. Me parece un pilar más sobre el que estructurar cualquier texto estatutario asturiano o no. De hecho hay cuatro pilares: la cultura y la lengua, la garantía del estado de bienestar, el desarrollo infraestructural y la cohesión económica territorial.
Sobre estos cuatro pilares cuelga toda la estructura estatutaria y dentro de la arquitectura, de lo ornamental, aquí en Asturies, debe colocarse la reindustrialización, la correcta política medioambiental y el extracto mñas completo posible del resto de estatutos previos, que garanticen el mayor autogobierno combinado del apoyo a la política de cohesión estatal y europea, en la que a día de hoy sin duda la región sale favorecida.
La política supranacional que marca Europa es el ejemplo en el que ha de mirarse España. Libertad vigilada a los estados miembros y eliminación de desigualdades económicas y sociales. El hasta ahora relativo éxito europeo se basa en la carencia de miedo a la descentralización y a la búsqueda de la solución de los problemas en entidades cercanas que preservan el bienestar ciudadano y la cultura propia...
Un ejemplo tan cercano, que es el que ha de imitarse, los problemas de las dos velocidades, de los distintos objetivos inmediatos, al igual que la descentralización española. Pero frente a ello las redes supranacionales de transporte, la completísima normativa europea en todos los campos y los fondos de cohesión.
En la balanza, no me cabe duda, gana la descentralización.
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