martes, agosto 13, 2013

Lo técnico de lo de Gibraltar.

Como contaba en el post anterior, el enjambre informativo sobre Gibraltar nace a raíz de la protesta por parte del ministerio de Medio Ambiente por el fondeo de bloques de hormigón en aguas próximas al Peñón. Muchos medios de comunicación e incluso el propio Ministerio en primera instancia, han vendido esto como un grave delito ecológico cuando no lo es.

Dentro de toda esta espiral, se ha querido poner un absurdo camuflaje medioambiental a algo que es una mera disputa geográfica. El delito es hacer este vertido en aguas que no son propias, por tanto; delito territorial. Pero, es necesario destacar que tal y como han reconocido numerosas asociaciones ecologistas, la colocación de bloques de hormigón (tras pormenorizados estudios) es una práctica habitual para la regeneración artificial de los arrecifes que bien las corrientes o la mano del hombre en la costa, han alterado.

Quiero señalar un hecho de bastante importancia en este “tinglao” que personalmente desconocía, y al que no se le ha dado publicidad alguna, (seguramente porque es producto del Gobierno anterior) y la batalla por la jurisdicción de las aguas que se dio hace 4 años en el tablero del medio ambiente. Tras la propuesta española, el 27 de febrero de 2009, la Comisaría de Medio Ambiente de la Comisión Europea hizo pública la lista de Lugares de Interés Comunitario (LIC), entre los que aparecía el español de "Aguas Orientales del Estrecho de Gibraltar", que se extendía a lo largo de las aguas que rodean al Peñón, desde Algeciras a La Línea. Esto además de dotar de protección medioambiental dichas aguas, las casa inexcusablemente a jurisdicción española.

Del mismo modo, se ha buscado un segundo envoltorio que es el del sector pesquero local. La afrenta tampoco es contra los pescadores de la zona como se dice, si no que es contra aquellos que usan aparejos de arrastre, técnica que aunque tremendamente productiva, medioambientalmente es muy dañina y prohibida, por poco sostenible en un LIC.

Como se ve, la ecología sólo se tiene en cuenta cuando juega a favor. Se mal utiliza cada día en este conflicto por unos y otros, cuando, por ambas partes, se está atentando contra el medio ambiente zonal de un modo constante con el “bunkering” que es la gran amenaza real de todas las aguas de la zona y la actividad económica que une a todos los actores de esta obra. El riesgo de que una mañana las playas aparezcan repletas de combustible es muy alta y cada día mayor si la tensión en la zona sigue creciendo.

Pero claro, suministrar un combustible LIBRE DE IMPUESTOS en alta mar, es un negocio jugosísimo, tanto que hasta el ministro de Medio Ambiente, Arias Cañete, tiene unas accioncillas de la Petrolífera Ducar SL de la que fue presidente, que casualmente se dedica a esta noble actividad.

Por tanto, la envoltura medio ambiental de todo este conflicto creado ad hoc para tapar esta semana las comparecencias de Arenas, Cospedal y Cascos, es pura falacia. La de los pescadores, se arregla con un cambio de caladeros fuera de zonas medioambientalmente protegidas.

De hecho, en su propósito de provocar, las autoridades del Peñón han contribuido sin saberlo y sin quererlo, a respetar la pesca sostenible que un LIC debe garantizar, destinando recursos económicos a preservar el medio ambiente español. Victoria marginal.

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