Los jarrones chinos, algunos. (Jarrones suecos, otros)
Ahora que está de moda invocar a Felipe González, incluso la más rancia derecha afirma que le echa de menos, no seré yo quien se quede al margen de las tendencias y voy a recordar una de las dos frases filosofico-políticas que mejor le recuerdo, al insigne sevillano. Dijo un día el Señor González: “Los ex presidentes somos todos como jarrones chinos grandes en apartamentos pequeños, es decir, se nos supone valiosos, pero estorbamos mucho. Tenemos una experiencia acumulada que se puede exteriorizar en opiniones, las que a veces proyectan demasiada sombra u obstáculos. Con cierta frecuencia se nos utiliza contra el propio Gobierno, por lo tanto, objetiva como subjetivamente, somos un cierto estorbo” ¡Que gran verdad! Estorban.
Esta frase es tan aplicable a los ex presidentes como a todo aquel que ha dejado de ejercer cualquier clase de responsabilidad y poder, de hecho es de aplicación a cualquier tipo de ex. Si no, piénsenlo un poco, pónganse ejemplos.
Felipe, ha sido el adalid de lo cómodo que es para todos que el que fue jefe del ejecutivo sea consciente del rol de jarrón chino. Al igual que Calvo Sotelo, cuya condición de Ingeniero de Caminos le otorgaba ventaja a la hora de tomar decisiones coherentes (obviamente es broma), Felipe optó por retirarse de la vida política el día que dejó de ser Presidente del Gobierno. Estuvo una legislatura más de Diputado, de modo testimonial, a penas apareció por la Cámara Baja, y luego hizo un brillante mutis por el foro, que ha roto en ocasiones para hacer entrevistas más o menos personales sin emitir opiniones políticas más que tenues.
Pero hay jarrones que no son chinos, sino que se hacen los suecos ante este sabio consejo. Ex presidentes que han asimilado las derrotas de sus delfines como propias, ex presidentes que ofenden a sus conciudadanos que escogieron a su sucesor, ex presidentes que ansían el protagonismo que su gris carisma no les proporciona, ex presidentes infelices como ex presidentes, ex presidentes que no respetan las instituciones que antes gobernaron.
Incluso los hay que van por auditorios varios del mundo, criticando en idiomas incomprensibles a su Gobierno, a su país, a sus conciudadanos, a sus compatriotas que votaron por error. ¿Saben? También los hay que menosprecian el Consejo de Estado, (en el que tienen un taquillón asignado para colocarse) y prefieren dedicarse a ser Consejeros de un “neocon” forrado en un emporio de la comunicación. Deben parecerles poco los miles de euros mensuales con los que los contribuyentes les agradecemos los servicios prestados y los atentados en Iraq. Que es capaz de decir que “el Gobierno de intentar sustituir el pacto antiterrorista por un acuerdo "de mínimos" para "mantener, a prueba de bombas, un proceso que reafirmará en ETA la idea de que matar y negociar son dos ingredientes que entran en la misma receta".Me cuesta escribir esto sin incendiarme.
Ahora que está de moda invocar a Felipe González, incluso la más rancia derecha afirma que le echa de menos, no seré yo quien se quede al margen de las tendencias y voy a recordar una de las dos frases filosofico-políticas que mejor le recuerdo, al insigne sevillano. Dijo un día el Señor González: “Los ex presidentes somos todos como jarrones chinos grandes en apartamentos pequeños, es decir, se nos supone valiosos, pero estorbamos mucho. Tenemos una experiencia acumulada que se puede exteriorizar en opiniones, las que a veces proyectan demasiada sombra u obstáculos. Con cierta frecuencia se nos utiliza contra el propio Gobierno, por lo tanto, objetiva como subjetivamente, somos un cierto estorbo” ¡Que gran verdad! Estorban.
Esta frase es tan aplicable a los ex presidentes como a todo aquel que ha dejado de ejercer cualquier clase de responsabilidad y poder, de hecho es de aplicación a cualquier tipo de ex. Si no, piénsenlo un poco, pónganse ejemplos.
Felipe, ha sido el adalid de lo cómodo que es para todos que el que fue jefe del ejecutivo sea consciente del rol de jarrón chino. Al igual que Calvo Sotelo, cuya condición de Ingeniero de Caminos le otorgaba ventaja a la hora de tomar decisiones coherentes (obviamente es broma), Felipe optó por retirarse de la vida política el día que dejó de ser Presidente del Gobierno. Estuvo una legislatura más de Diputado, de modo testimonial, a penas apareció por la Cámara Baja, y luego hizo un brillante mutis por el foro, que ha roto en ocasiones para hacer entrevistas más o menos personales sin emitir opiniones políticas más que tenues.
Pero hay jarrones que no son chinos, sino que se hacen los suecos ante este sabio consejo. Ex presidentes que han asimilado las derrotas de sus delfines como propias, ex presidentes que ofenden a sus conciudadanos que escogieron a su sucesor, ex presidentes que ansían el protagonismo que su gris carisma no les proporciona, ex presidentes infelices como ex presidentes, ex presidentes que no respetan las instituciones que antes gobernaron.
Incluso los hay que van por auditorios varios del mundo, criticando en idiomas incomprensibles a su Gobierno, a su país, a sus conciudadanos, a sus compatriotas que votaron por error. ¿Saben? También los hay que menosprecian el Consejo de Estado, (en el que tienen un taquillón asignado para colocarse) y prefieren dedicarse a ser Consejeros de un “neocon” forrado en un emporio de la comunicación. Deben parecerles poco los miles de euros mensuales con los que los contribuyentes les agradecemos los servicios prestados y los atentados en Iraq. Que es capaz de decir que “el Gobierno de intentar sustituir el pacto antiterrorista por un acuerdo "de mínimos" para "mantener, a prueba de bombas, un proceso que reafirmará en ETA la idea de que matar y negociar son dos ingredientes que entran en la misma receta".Me cuesta escribir esto sin incendiarme.
Hay ex presidentes inteligentes, que van de chinos y arpías ex presidenciales que se arrastran por el mundo y por los micrófonos sin la dignidad ni la altura de miras de alguien que fue una vez nuestro Presidente.
3 comentarios:
Amigo Field:
Me gusta tu comentario de hoy sobre el jarrón chino. Gran acierto de Felipe aquella idea y muy oportuna tu referencia a la vez que gran estorbo de Aznar para sus delfines. Adelante. Open Field.
Open Field, muchas gracias. La verdad es que agradezco mucho tus comentarios y tus ánimos.
En principio puede parecer que la molestia de un presidente que no ha sabido apartarse de la política la sufren sólo los no-simpatizantes del sujeto en cuestión. Esto no es verdad.
Este caso es el claro ejemplo de que también molesta y estorba a sus correligionarios.
De Field a Field.
Por las "bloguerías" deduzco tu proximidad al pensamiento socialista, me imagino que habrás leído el discurso de ZP en el Teatro Real. Una bella aproximación histórica que hasta la prensa antigubernamental ha valorado y publicado.
Open Field.
Publicar un comentario