jueves, marzo 15, 2007

Igualdad paso a paso.

Pensaba cumplir lo prometido y tocar esos temas que se esconden en el humo de la batalla electoral, cuando me he dado cuenta de que no ha sido necesario ningún esfuerzo sobrehumano ya que la misma vida parlamentaria me ha puesto en bandeja el tema. Hoy, un relativamente histórico día 15 de Marzo, se ha aprobado la Ley de Igualdad en el Congreso de los Diputados. Personalmente creo que es un nombre excesivamente grandilocuente ya que ni es “la ley” ni esperemos que sea la única.

La ley fue aprobada con el “consenso habitual”, es decir, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios salvo el PP que se ha quedado al margen de lo que no sólo es un avance para la mujer, sino un pequeño paso para la eliminación de las barreras laborales que las mujeres tienen y que, en la mayoría de los casos, les hace tomar decisiones laboralmente erróneas. Lo que comúnmente se denomina integración de la vida familiar y laboral.

Un puñadito de datos: Por cada hombre que abandona el trabajo por motivos familiares lo abandonan 27 mujeres, sólo el 6,6% de las mujeres ganan más que sus parejas (supongo que excluyendo las parejas homosexuales femeninas), el 60,5% de los titulados universitarios es mujer....

Esta ley, objetivamente, aporta más tiempo de cuidado para hijos y familiares dependientes, más excedencias, y ayudas monetarias. Voy a destacar una, como ejemplo, no me parece ni la más importante, ni la más trascendente, es al azar. Para tener derecho a las 16 semanas por maternidad, anteriormente era necesario haber cotizado al menos 180 días en 5 años, esta ley permite ahora que para mujeres menores de 21 años, puedan tomarse este tiempo de recuperación y cuidado del bebé, sin exigir esta cotización previa. Esta medida no pone más fácil a la mujer veinteañera ser madre, lo que permite es que pueda seguir trabajando después del embarazo sin requisitos previos. Ese es el fundamento de los pasos que la sociedad debe dar en pro de la igualdad, garantizar que las mujeres puedan, si quieren, cuidar, mimar, preocuparse de un hijo más, su carrera profesional, Evitar que tengan que ser funámbulas en la cuerda floja de la casa y el trabajo. En España, la búsqueda de la productividad laboral a base de horas extra gratis, horarios intempestivos, imposibilidad de tener el trabajo y el centro educativo de los hijos a una distancia razonable, son adláteres de los dos enemigos principales del desarrollo profesional femenino: los hombres y las mujeres. La sociedad.

No sólo es el hombre el que utiliza de forma torticera los hechos que deberían ser neutrales en la lucha de sexos, en ventajas.(Afirmación de Angel Arias). Hablaba en su bitácora como ejemplo del “descubrimiento del fuego que transformó a la mujer en cocinera y reservó la cualidad de cazador para el macho, del mismo modo que la agresividad del más desocupado, le llevó a combatir con otros igualmente tan ociosos, para tratar de arrebatarles tierras y enseres, y utilizaron cuando le apeteció, como moneda de fácil intercambio, las mujeres”. Las mujeres, digo mejor, muchas mujeres se escudan en su condición, para evitar mantener una vida profesional competitiva, una digna retirada, no exenta de presiones sociales... nadie, o mejor dicho casi nadie, espera que la digna retirada la perpetre un hombre.

Quiero reiterar, que esta ley no es “la ley”. Hacen falta decenas de pasos. Pero no sólo las leyes, son pasos, también hay que dar pasos en la vida cotidiana, en los comentarios hacia las compañeras de trabajo, en los gestos con las parejas... Pasos, muchos pasos, una caminata. Pero no sólo pasos políticos, los políticos empujan a los sociales y los sociales colocarán a la mujer fuera del medioevo, fuera de las zarpas de religiones que minusvaloran la mujer y la contratan en exclusiva como máquina de fabricar personitas, fuera de políticos y de consejos de administración que las vean como ese ejército de preparadas universitarias que no serán nunca rivales en la búsqueda de celdas en los organigramas. Esta caminata, que sólo está empezando, las llevará a la sociedad de la igualdad. ¿Ayudamos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin has conseguido salir de los procelosos charcos en los que te habías metido con lo de De Juana y otras malas hierbas.Te irá mejor navegar por las tranquilas aguas de la convivencia doméstica.
Estoy de acuerdo contigo en que la Ley de Igualdad no es "la Ley", pero sí es un impulso para que la pretendida igualdad pueda iniciar un proceso de implantación en las instituciones.
Mira lo que ha pasado con la Ley de Violencia de Género. Resulta que este año ya ha habido más muertes que antes de la ley. Tendrán que pasar varias generaciones en las que eduquemos de otra manera a nuestros jóvenes. Claro que mientras haya profesoras como la de San Sebastián de los Reyes, que enseñen a los chicos a insultar al Presidente de Gobierno, tampoco se va a conseguir. Esperemos que esto sea un caso aislado.
Dice el escritor vasco Fernando Aramburu que en Euskadi se está enseñando a los niños a odiar a España. Así tampoco. Me recuerda al general cartaginés Aníbal que le hizo jurar a su hijo odio eterno a los romanos. Pero eran otros tiempos.
La enseñanza de la igualdad sí se puede aprender, en las escuelas y en las familias. Y en los últimos años ya se ha avanzado bastante.
Open Fields.

Alfonso Estébanez dijo...

Open fields, lo que parece es que estos temas que se salen del argumentario antiterrorista, no interesan en exceso. Creo que salirse de ellos de vez en cuando es bueno para conservar la salud mental.
Además creo que se están pasando por alto leyes que como mínimo son importantes para la sociedad. ESTÁN PASANDO COSAS AL MARGEN DE “DE JUANA CHAOS” Y EL FANTASMA DE LA ANEXION DE NAVARRA. No se puede reducir el debate de una sociedad justamente a los temas que no son de debate. No todo es antiterrorismo en este país.
En lo que respecta al comportamiento social, ni hombres ni mujeres están acostumbrados a tratar a la mujer como igual. Ya no sólo en lo referente a la violencia de genéro sino en otros campos mucho menos dramáticos como el laboral, la mujer no es uno más. Es la misión que deben tener estas leyes la de educadoras de la sociedad.