Paso a la Guardia Civil del siglo XXI.

Valga en principio decir que la Benemérita me parece algo anacrónico. Vaya por delante que como le pasa a la mayoría del vulgo, no entiendo muy bien cómo aun coexisten dos cuerpos de seguridad de carácter nacional cuyas competencias no están muy diferenciadas para el usuario, es decir, para el pagador. Además esta coexistencia sólo sirve para que se les tache de mala compenetración, de celos profesionales, de diferentes modos de funcionamiento, de desiguales tratos a los ciudadanos y formas de proceder... No obstante, supongo que más increíble será para sus miembros cosas tales como la diferencia de sueldo entre ambos cuerpos, los distintos modos de vida de cada uno, los antagónicos regímenes de comportamiento, las dispares formas de ingreso en ambas instituciones.

Hace no mucho tiempo, se llenaban las calles de Madrid de “tricornios protestantes” llamando mentiroso al Presidente Zapatero, por no cumplir sus promesas electorales en lo referente a la Guardia Civil. En las últimas dos semanas esto ha cambiado. Ahora por parte de los miembros del Cuerpo no se escuchan más que parabienes al Presidente, de esos de los que anda tan necesitado.

No se sabe muy bien si como resultado de las protestas (cediendo a otro chantaje) o por el devenir de la legislatura, la Benemérita ha sido protagonista por dos noticias a la cual más importante.

Éstas fueron la modificación del Reglamento Interno y el inicio de la actividad de la brigada contra los delitos urbanísticos. Casualmente, la importancia para el usuario de las dos medidas es inversa a la que de seguro les otorgan los propios miembros. Mientras el nuevo reglamento elimina ciertas restricciones que alejaban al colectivo de guardias civiles de lo que es normal en un grupo de trabajadores, la nueva competencia a la que se dedicará en exclusiva un nutrido grupo de agentes puede poner a los pies de los ciudadanos a numerosos y repugnantes delincuentes que se dedican a hacer dinero con un bien de primera necesidad como es la vivienda.

Uno por uno, si señalamos lo más destacado del nuevo Reglamento puede enumerarse tanto la eliminación de la pena de arresto para los agentes como el establecimiento del derecho de asociación y reunión... ¿No son cosas que todos pensábamos superadas?. Además de ser unos avances tan obvios, yo pensaba que éste era el segundo paso tras la unificación del mando supremo (en la figura del señor Mesquida), para la fusión de ambos cuerpos... algo bastante lógico desde mi punto de vista (quiero animaros a dar motivos en contra, pues se me escapan). Pues no. Bien se dio prisa el Gobierno en decir que la unificación no era el objetivo. Al menos para los agentes es el acercamiento a la condición de trabajador normal, de la que deberían gozar ya hace mucho tiempo.

La brigada contra los delitos urbanísticos no la voy a juzgar, ahora. Creo que es una excelente idea. Tardía, pero excelente. Pero voy a ser escéptico hasta que no vea los resultados. Además estos resultados deben llegar a cortísimo plazo. La caza del delincuente urbanístico es el deporte más fácil de practicar en España, sólo hay que rascar en cualquier Ayuntamiento al azar sin excepción, sea del color que sea. Espero que muy pronto esta brigada sea constante noticia. Por la higiene del sistema.

Estos dos avances, absolutamente eclipsados por el ruido de la crispación construido a fuerza de homenajes florales, manifestaciones contra fantasmas etc, etc... son positivos para la sociedad. La búsqueda de la normalidad y de imprescindibles nuevas atribuciones en un colectivo como es el de la Guardia Civil van en beneficio de todos. ¿No es esa la principal misión de un Gobierno?. Sí, mientras no se rompa España. Mirad mañana bajo vuestra cama que igual veis el suelo resquebrajado. (Es fina ironía)