La preocupación de un centralista.
Cuando nos dicen que “España se rompe” todos pensamos en el rollo de la descentralización y en la necesidad de devolver competencias al Estado Central, en perjuicio de las autonomías, cada vez, más poderosas.
Dramático, ¿no?. Pues yo os voy a contar otra preocupación de cómo España, de una forma mucho menos partidista, se rompe, al menos esta España que yo conozco.
Cuando en toda Europa, y en España en particular se goza de un razonable, aunque siempre mejorable, “estado del bienestar”, en el mundo anglosajón, sobre todo el americano, en el que irremediablemente nos miramos existe una gran desigualdad de todo tipo y condición. Gracias a la concepción política europea, y desde ya hace, al menos un par de siglos, en el viejo continente se disfruta de educación, sanidad y prestaciones sociales gratuitas que permite a la población, es decir a nosotros, independientemente del nivel de vida vivir con las espaldas cubiertas gracias al Estado.
Esto ahora se rompe. Pero, además se rompe por igual en las Comunidades Autónomas de derechas y de izquierdas y hasta en el Gobierno Central. Las bajadas de impuestos discriminadas rompen el “modus vivendi” del que gozamos en España.
Las Comunidades Autónomas, con enorme significación, la de Madrid, se dedica a anunciar disminuciones de impuestos a mansalva. A priori podría parecer beneficioso para todos y los titulares en la prensa así lo quieren hacer parecer, pero es una argucia que sólo beneficia a los más poderosos, a los más ricos, a los que más tienen.
Las rebajas en los impuestos sobre la renta y sobre el consumo no favorecen al pueblo en general, sino a unos pocos en particular que son los que más poseen y los que más consumen. Los demás nos vemos ficticiamente favorecidos por un pequeños puñado de dinero más en nuestros bolsillos cada mes, pero privados de un enorme flujo de “dinero común” en nuestras administraciones. Esta escasez de dinero recaudado repercutirá a corto plazo y ya está repercutiendo en el empeoramiento de los servicios públicos, en el empeoramiento de la calidad como ciudadano. Y al contrario que las transferencias autonómicas, esto sí que es irreversible.
No nos equivoquemos las desaforadas bajadas de impuestos, tanto autonómicas como estatales, son pan para hoy y hambre para esta tarde, igual que hace falta un gobierno central competencialmente fuerte, es mucho más importante que las administraciones públicas, sean cuales sean, gocen de una buena salud económica. Esta buena salud es gracias a los impuestos, sobre todo gracias a los impuestos de los que más ganan.
No os dejéis engañar o acabareis pagando directamente los servicios médicos como ya hacen en U.S.A.
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