Cuando en el juego de la política toca tirar los dados para defender posturas técnicas, los resultados, como en todo juego estocástico, suelen ser bastante caprichosos.
Esto es lo que está sucediendo en la polémica de la coexistencia de tráficos ferroviarios, (pasajeros - mercancías) en el interior de los túneles de Pajares.
Para empezar, no tengo otra que tachar de chapuza infame lo que está pasando con la llegada de la alta velocidad a Asturias en términos generales. No es normal que con los túneles principales ya excavados, algunas decisiones de vital importancia del tipo de la ubicación de las estaciones de final de línea, o la polémica de la coexistencia de los tráficos estén en el aire ¿Dónde están los estudios previos? ¿Por qué tanta improvisación? Suena a república bananera.
Lo peor de todo esto es que la improvisación está siendo tan patente y descarada que en tres días se han hecho declaraciones por parte de ADIF en los dos sentidos contrarios, primero descartando la coexistencia y luego apoyándola. Es absolutamente inconcebible e intolerable.
De hecho, ayer el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), dependiente del Ministerio de Fomento, rectificó ayer su anuncio del jueves de que la Variante de Pajares será destinada en principio a tráfico exclusivo de trenes de Alta Velocidad para pasajeros mediante la instalación de vías de ancho internacional. La rectificación se produjo después de que tal anuncio, contrario a lo que había anunciado el propio ministro José Blanco, provocara desconcierto en la Consejería de Infraestructuras del Principado y en la Delegación del Gobierno, que siempre defendían el tráfico mixto en el futuro paso bajo la Cordillera, es decir, apto al mismo tiempo para trenes de pasaje y para convoyes mercantes.
La verdad es que es de Perogrullo argumentar que un sistema de coexistencia es más caro e ineficiente, que uno para sólo pasajeros. La pregunta que deben contestar los políticos, rodeados de expertos imparciales (utopía, ¿eh?) es si el coste de prever a medio plazo una segunda infraestructura para las mercancías, junto con el de transportar mercancías por la ruta actual, compensa, como diseño estructural más completo, de mayor calidad y con más futuro.
Personalmente me apunto a la teoría de la no coexistencia. Una línea para pasajeros, de alta capacidad y calidad, a un coste más razonable, tanto de explotación como de construcción y una pelea, que debe salir directamente de este debate, por una segunda línea sólo para mercancías, como apuesta de futuro.
Pero para poder pelear por algo, por un sistema de transporte ferroviario de calidad para Asturias, es imprescindible eliminar el partidismo, la estocástica y la improvisación de la agenda política. Otra utopía, pero… ¿y si algún día…?
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