Bien Plá, o… menos mal, o… la mujer del Cesar.
Tuve ayer una sensación “Rappelina” cuando, mientras escribía algo sobre la “rara” condonación del coste de las reformas de casa de Joan Ignasi Pla, la radio me notició su decisión de dimitir.
Tuve ayer una sensación “Rappelina” cuando, mientras escribía algo sobre la “rara” condonación del coste de las reformas de casa de Joan Ignasi Pla, la radio me notició su decisión de dimitir.
No puedo negar que sentí alegría y alivio, y tampoco puedo negar que el escrito primitivo era bastante más duro que éste con el ya ex líder del socialismo valenciano.
Ahora, a pesar de la magnanimidad obligada, no me puedo resistir a realizar algunos comentarios sobre este asunto, que no dejan de sorprenderme.
En primer lugar me sorprende el hecho en sí. Me sorprende que los políticos pierdan su sitio en la sociedad. Me refiero a que no se den cuenta que lo normal es pagar las facturas en el acto. Que si viene un albañil y te hace obras, sobre todo si se trata de un montante tan importante, no se puede esperar 6 meses para hacerle efectivo el pago… o al menos, no es normal. Esto siendo benévolo y suponiendo que la prevaricación y la estafa no es el común de los sentidos de los gobernantes.
Es una sensación parecida, salvando las distancias, a la que confesó Maite Zaldibar, la ex mujer de Julián Muñoz veía normal el nivel de vida que llevaba, sólo por el hecho de ser mujer de un alcalde ex camarero.
Y además, Joan Ignasi, ¡qué eres socialista, coño!. Sabes que la izquierda no perdona estas cosas. Tú podrás pensar que sólo son algo más de diez milloncejos de pesetas, que ya se los pagarías, más tarde o más temprano, o no, pero eso no vale. Hay que ser como le ordenaban a la mujer del César… ser honrado y parecerlo. Eso es vital.
La dimisión me agrada. Dejando fuera su lado político, me congratula por la coherencia, un pelín tardía, mejor hubiera sido en el primer momento, pero me congratula. Por el lado político, si alguna Comunidad necesitaba un repasito esa era la valenciana, quizá sea el germen de todo este follón, no lo descarto.
Ya sabéis mi teoría los que aquí me leéis. Mientras la derecha perdona la corrupción hasta el extremo, véase el caso de Andratx, la izquierda exige a sus políticos un plus…
Ser las mujeres del Cesar… me parece tan justo como necesario.
3 comentarios:
Bien, Alfestal, bien.Hay que velar por la pureza y la honradez. La dimisión de Pla es un ejemplo para la derecha.
A tenor del caso se me ocurre una maldad:
¿No será que la empresa constructora en cuestión es del PP, y echó el anzuelo para que picara Pla y así compensar todo el asunto de Terra Mítica y Zaplana?
Aún así no debería esperar ni un momento más para pagar, como tú dices.
De todas formas ahí queda su dimisión para el que lo quiera ver.
Open Fields.
Creo que es más posible que la empresa sea más afín a los municipios socialistas. Sería muy ingeuo pensar que un político de esta envergadura recurra a una constructora del enemigo, ¿no?.
Y lo de no pagar la factura sospecho que debe ser de lo más normal. De hecho sólo hay que ver con la naturalidad que Pla comentaba que llevaba 6 meses sin pagar las obras pero que no pasaba nada.
Me preocupa que esto sea una práctica habitual y que lo que le extrañe a Pla es que sólo le hayan cazado a él... debe ser tan fácil tirar un poquito de la manta...
El que roba ye un lladrón.
Bones nueches.
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