lunes, octubre 29, 2007

Iglesia Catolica’s show.

Y aunque sé que no debería, no me resisto a comentar el “show de los records” que hemos vivido este fin de semana desde el plató del Vaticano. En una sola celebración la curia consiguió batir su record mundial de beatos de una tanda. 498 mártires religiosos de la Guerra Civil, que en su beatificación reunieron a bastantes menos personas de las que esperaba la Conferencia Episcopal Española (CEE).

En el acto, había banderas preconstitucionales, carlistas y una homilía tan poco cristiana como sectaria, en la que se arrojaron claras alusiones a la política del Gobierno de España, al actual, no se crean. Tanto la ley que permite los matrimonios homosexuales como la asignatura de Educación para la Ciudadanía fueron el objeto de su ira. Pecado capital.

Siendo como fue una Guerra Civil, con asesinatos, represión y represalias por ambos bandos, más que el número excepcionalmente elevado, lo llamativo es que todos sean víctimas provocadas por los republicanos; entre estos futuros beatos no hay ni uno solo de los ejecutados o asesinados por orden de los franquistas, que también los hubo. Porque hay gente que no lo sabe, ni lo sospecha, pero en Euskadi, en Huesca, y en muchos otros lugares, hay algunos curas católicos asesinados y olvidados.

Al otro lado del frente también hay muertos por la fe. Eran curas católicos, pero no falangistas ni golpistas, eso es lo que les condena al ostracismo, a no figurar en el santoral. Es bien conocido que en los primeros meses del levantamiento militar franquista, tras la rápida ocupación militar de Gipuzkoa por el General Mola, fueron fusilados muchos sacerdotes vascos. Y fueron fusilados por vascos, por ser nacionalistas vascos, por ser sacerdotes nacionalistas vascos. Y fueron asesinados sabiéndose lo que se hacía, porque se les obligó a vestirse de seglar para ser ejecutados de noche, con alevosía y premeditación. No sólo ellos, no solo por peligrosos nacionalistas se asesinaban curas en el bando nacional. A José Pascual Duaso, le asesinaron en Huesca, zona no nacionalista. Le asesinaron por comunista, por compartir la leche de sus vacas con los vecinos del pueblo sin distinguir filiación política y por no colaborar económicamente con la falange.

Y esta es la preocupación de la jerarquía eclesiástica: Discernir entre los católicos buenos y los católicos malos. Me preocupa, como cristiano, que en una época en que las iglesias solo se ocupan de manera significativa en las bodas, la jerarquía eclesiástica se muestre tan parcial, tan poco ecuánime, tan poco universal. Y que monte estos shows políticos mientras condena la investigación con células madre y el uso del condón en los países del tercer mundo masacrados por el SIDA.

Vaya mierda de jerarquía católica. Por sectaria, por lejana al pueblo, por lejana al cristiano de a pie y por política… vaya mierda. Y no creo que cambie.

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