lunes, octubre 15, 2007

La revolución bolivariana.

He de confesar y que conste que sé que es políticamente incorrecto que cada vez que escucho de nuevo la voz de Fidel se me alegra la cara. No le queda mucho tiempo intuyo, creo que está peor de lo que nos hacen creer, pero nadie puede durar eternamente. La derecha dice que es un criminal, que somete a una represión brutal a sus enemigos, que no es precisamente un demócrata convencido, que aplica (aplicaba) la pena capital en su territorio...

En alguna de estas afirmaciones yo estoy fundamentalmente de acuerdo. No puedo aplaudir un modo de gobierno que tenga la pena capital en su código penal. Ni mucho menos una forma de gobierno que no permita la libre expresión y que la corte de raíz y ni siquiera la justifico.

Lo que sí que creo, a riesgo de ser un poco demagogo e imaginarme el régimen cubano tal y como a mí me apetece, que el siglo XXI necesita de idealistas. Tuve el placer de leer el homenaje que el pasado martes día 9 de Octubre, cuando se cumplían 40 años de la muerte del Comandante Ernesto “Che” Guevara, Fidel le dedicó desde el oficialista Gramma a su memoria. Simplemente sublime.

Ayer domingo en el mítico “Alo Presidente” de la televisión venezolana, el democráticamente elegido Chávez, conversó durante minutos con Fidel y estuvieron hablando sobre la revolución sudamericana, que esta en marcha.

Y es ahí donde quiero poner el dedo hoy. No tengo intención de entrar en polémicas sobre la figura de Fidel y sí hacerme eco del “peligroso” para el primer mundo “segundo movimiento de liberación sudamericana”. Me parece que es más que necesario para el patio de los Estados Unidos una revolución y que en los albores del siglo XXI es uno de los movimientos de liberación mundial que pueden hacer temblar el capitalismo atroz dominado desde el primer mundo y desde los poderes fácticos oligárgico - financieros que rigen el mundo, situados todos en el hemisferio norte.

Sudamérica es un compendio de países que pueden desarrollar. Que han abrazado la democracia y que con ella, lejos de rebeliones, golpes y contragolpes tienen un futuro brutal, un insondable margen para su crecimiento. Y son países ricos y son países de los que el primer mundo necesita para su desarrollo y para el crecimiento desmesurado de sus economías, esa es su fortaleza.

Me gusta verlos despertar, me gusta que los pueblos tengan conciencia y que sepan que son capaces de cambiar el mundo, de salir de su pobreza y de independizarse en busca de un horizonte mejor, o al menos más independiente. Me gusta que cada elección en un país latinoamericano sea motivo de preocupación del primer mundo, por si viene un Evo Morales, un Chávez, un Correa o un Lula, que deseen el progreso independiente de sus pueblos. Por un poquito de la sana “justicia social”.

Animo Latinoamérica. Arriba la revolución.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dices que no quieres entrar en polémica sobre la figura de Fidel Castro. Me parece bien, sería muy larga la discusión. Únicamente te voy a añadir a las dos facetas de su política que criticas, la pena de muerte y la falta de libertad de expresión, la de su permanencia
en el poder de por vida. Es la característica de todas las dictaduras. Lo malo de toda su revolución es que, después de tantos años, el pueblo todavía no puede comer de caliente todos los días. Fue la propuesta de Lula en Brasil.
Open Fields.

Alfonso Estébanez dijo...

Pero es eso hacia lo que hay que mirar. Ese debe ser el objetivo de toda esta "nueva revolución", que en estos paises de sudamérica donde existe una gran desigualdad económica y social, la mayoría del pueblo pueda ver mejorada su calidad de vida.

No es normal que existan esas riquezas descomunales fundamentadas sobre la cercanía a empresas extranjeras y una gran masa social en los límites de la pobreza.